Secuestran 30 valijas y una máquina de contar billetes de la casa de Sala

El duro testimonio que había brindado a la Justicia la diputada jujeña Mabel Balconte empezó a cobrar mayor seriedad hoy con los nuevos hallazgos que dejaron los allanamientos a los domicilios de la dirigente Milagro Sala.

Balconte había dicho que en uno de los domicilios de la dirigente de la Tupac Amaru funcionaba como "epicentro" de una nueva ruta de dinero de la corrupción kirchnerista. Presuntamente allí se contaba plata proveniente de planes de viviandas que eran diréctamente desviados a "el principito", como era conocido Máximo Kirchner.

Todo era sólo un testimonio en la Justicia. Hasta hoy: la Justicia encontró 30 valijas en ese domicilio y la una máquina de contar billetes que el fiscal Diego Cussel incautó de inmediato.

Además, la Policía detuvo a dos jóvenes que intentaban escapar de la casa del hijo de la dirigente, Sergio Chorolque. Se estaban llevando "150 mil pesos en efectivo, tres mil dólares, reales y un estuche con joyas", explicaron fuentes judiciales al portal Jujuy Online.

Los elementos secuestrados en los domicilios vinculados a la dirigente de la Tupac Amaru empiezan a confirmar la denuncia de la diputada provincial Mabel Balconte.

"Veíamos cómo se llevaban la plata. Cuando teníamos que viajar a Buenos Aires, Milagro siempre iba con su esposo (Raúl Noro) y 10 ó 15 compañeros de la Tupac. Todos con valija", había contado la diputada a Telenoche.

QUIéN ES BALCONTE

Balconte tiene 47 años, encabeza la asociación 14 de enero y desde 2013 hasta el año pasado pertenecía a un partido asociado a la líder de la Tupac Amaru. La diputada ahora declaró como imputada en la causa que investiga el supuesto incumplimiento de la construcción de 1.829 casas en Jujuy y reveló cómo era el modus operandi de esta nueva ruta del dinero de la corrupción.

Por orden de Sala el Instituto de la Vivienda emitía cheques para los miembros de su cooperativa. Esos cheques se cobraban contra la presentación de facturas truchas.

"éramos fuertemente amenazados, nosotros éramos como esclavos de ellos porque las amenazas eran muy fuertes. No eran chirlos ni piñas: eran fierros (revólver) en el escritorio, te tiembla la pera o frases como''''¿querés conocer los peces de colores del dique?''''. Tuve miedo por mi familia y por mis hijos", relató Balconte.