Evangelio según San Juan 16,16-20. Evangelio según San Juan 16,16-20.
“Dentro de poco, ya no me
verán, y poco después, me
volverán a ver”.
Entonces algunos de sus
discípulos comentaban entre
sí: “¿Qué significa esto
que nos dice: ‘Dentro de poco
ya no me verán, y poco después,
me volverán a ver’?. ¿Y
que significa: ‘Yo me voy al Padre’?”.
Decían: “¿Qué es este poco
de tiempo? No entendemos
lo que quiere decir”.
Jesús se dio cuenta de que
deseaban interrogarlo y les dijo:
“Ustedes se preguntan entre
sí qué significan mis palabras:
‘Dentro de poco, ya no
me verán, y poco después, me
volverán a ver’.
Les aseguro que ustedes
van a llorar y se van a lamentar;
el mundo, en cambio,
se alegrará. Ustedes estarán
tristes, pero esa tristeza se
convertirá en gozo”.
Comentario
“Habéis llegado a ser imitadores
del divino Maestro”,
dijo Pablo.
¿Cómo es esto? “Acogiendo
la Palabra en las pruebas,
con la alegría del Espíritu Santo”
(1Tm 1,6).
No solamente en las pruebas
sino en medio de las pruebas
entre incontables sufrimientos.
Se puede ver en los
Hechos de los Apóstoles. Vemos
cómo surgió la persecución
contra ellos, cómo sus
enemigos los denunciaron a
los magistrados y soliviantaron
la ciudad. Estaban en
la prueba, y no se puede decir
que permanecieron fieles
con tristeza, lamentándose;
no, ellos estaban muy alegres.
Los Apóstoles les habían dado
el ejemplo: “Estaban contentos
de haber merecido aquel
ultraje por el nombre de Cristo”
(Hch. 5,41).
¡Es realmente admirable!
Ya es mucho, sufrir la prueba
con paciencia; pero con
alegría, es mostrarse superior
a la naturaleza humana y
no tener más, por así decirlo,
que un cuerpo impasible. Pero,
¿cómo han sido imitadores
de Cristo? En aquello que
él mismo sufrió sin quejarse,
con alegría; porque voluntariamente
aceptó las pruebas.
Por nosotros se anonadó, escupido
en la frente, agonizando
en la Cruz, apeló a su gloria:
“Padre, dijo, glorifícame”
(Jn 17,5).