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Diana Beláustegui, una creadora del terror

07/05/2016 22:18 Viceversa
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Diana Beláustegui, una creadora del terror Diana Beláustegui, una creadora del terror

En ciertas ocasiones, y con un poco

de suerte, uno llega a conocer primero

al autor, y después su obra.

Esto nos pasó con Diana Beláustegui. Su

mera aproximación da la pauta de que estás

a punto de intercambiar un diálogo

con una persona auténtica. Y no es para

menos. Tal vez para sus lectores, los cuentos

de Diana son el reflejo de ese cúmulo

de verdades que a prima facie representa

la autora cuando se apersona: una humilde

escritora que prefiere no reconocerse

como escritora, sino como “alguien que

escribe”. Y que es capaz de afirmarlo con

una convicción que le impide caer en el terreno

de la falsa modestia.

Sencilla y apasionada,

así como cada palabra que va

desprendiendo de su boca, la autora santiagueña

es de tener ataques de «Escorpiones

en las tripas», que a su vez es el título

que eligió para su libro. Nada más y

nada menos que cuentos de terror, en los

que sus protagonistas son mujeres. ¿Algo

más? Sí, Diana visitó la redacción y dijo

todo lo que se permitió decir.

De la ficción a la realidad

- Diana, contanos si hubo en tu

vida algún autor o momento bisagra,

que te marcó como lectora y

por lo que te volcaste a escribir.

- De chica he sido una lectora compulsiva,

como en general somos los del círculo

en que nos movemos. Yo creo que me acerco

más al género cuando comencé a leer en

la escuela. En el primer año leímos a Horacio

Quiroga, ese ha sido el quiebre. Por

otro lado, en casa, mi viejo tenia libros de

Stephen King, él ha sido después de Quiroga

la patada inicial. Me fascinaba todo

lo que escribía King. Mi obsesión por King

me llevó a conocer sus fuentes. Así leí a Lovecraft,

Poe, Maupassant, toda una serie

de escritores del género de terror en Europa.

- Entonces tu escritura viene desde

la adolescencia.

- Siempre he tenido la teoría de que la

mayoría de los adolescentes nos expresamos

desde la escritura, de ahí en más la

cuestión es: nos quedamos ahí o seguimos

escribiendo. Yo seguí escribiendo.

- ¿Hubo otro momento en el que

te asumiste como escritora?

- No soy escritora, todavía no estoy reconciliada

con ese término, no sé que implica

bien ese término, no sé qué cosas

trae, no me quiero hacer cargo.

- Y entonces ¿cómo definirías a

un escritor?

- Un escritor es alguien que se dedica a

eso, que pone demasiado empeño, y pone

demasiada alma. En una de esas mis cuentos

son más catárticos que otra cosa. Mis

cuentos de «Escorpiones en las tripas» giran

en torno a la mujer y su posición dentro

de una sociedad patriarcal.

- Definitivamente no te asumes

como escritora.

- No soy escritora, me gusta escribir,

me gusta leer, soy más lectora que escritora.

-¿Crees que para ser un buen escritor

hace falta ser un buen lector?

- Hay gente que te dice que sí, a mí me

ha ayudado muchísimo. Supongo que habrá

casos de gente que escribe sin haber

leído demasiado. Uno lee para encontrar

nuevas visiones de la realidad, en mi caso

de la ciencia ficción o en las formas que

uno toma el terror, me ayuda muchísimo.

- ¿De dónde viene esta particularidad

por escribir el género terror?

- He intentado escribir de otros géneros

pero es lo único que me sale.

- ¿Qué es tiene éste género que tal

vez no tengan otros?

- Yo cuando me siento a leer necesito

que lo que estoy leyendo me conmueva,

me haga llorar, despierte un montón de

sentimientos. Y yo siento que éste género

no te deja indiferente en ningún momento.

Si es algo que está bien escrito, desde el vamos

empiezas a sentir cosas.

- ¿Qué intentas comunicar a través

de tus cuentos con personajes

femeninos como protagonistas?

- En los cuentos que yo escribo no vas

a encontrar nenitas, en el sentido de estereotipos

que nos da la

sociedad. Vas a encontrar

mujeres brutales,

primigenias, más bien

alejadas de lo que la

sociedad necesita que

seas. Eso es un poco

lo que quiero comunicar,

el mensaje. La mujer

no es inherente con

la belleza, la mujer para

ser calificada como

mujer, no necesita ser

ni suave ni princesita,

tenemos mujeres bestiales,

primitivas, asesinas.

Mujeres que reniegan

de su condición

de inferior dentro de

esta sociedad patriarcal,

y que no sólo reniegan

sino que tienen ese clic en la cabeza

que les hace surgir como algo.

- ¿Crees que tus cuentos de alguna

manera te representan?

- Se podría decir que sí, pero si lees a

esas mujeres asesinas, no soy yo (risas).

Durante mi adolescencia nunca he sido la

señorita que necesitaba vestirse de rosa,

ni pintarse, usar taquitos. Y cuando uno

es chica te sientes como fuera del círculo y

no sabes a dónde perteneces. Creo que está

bueno darle una voz a ese grupo de mujeres,

que por no entrar dentro del estereotipo

no dejan de ser mujeres.

- ¿Cómo es escribir un cuento de

terror, de dónde surgen las ideas…?

- Surgen de renegar de la mujer que está

vapuleada, esto lo veo en los titulares de

las noticias.

- Lees noticias.

- Sí, y la bronca te lleva a escribir

- ¿Te empapas de realidad para

poder escribir ficción?

- Si, sobre todo leo los titulares, porque

a veces leer las noticias enteras me provocan

angustia, entonces leo al menos como

para estar informada y no vivir en Marte.

- Hablemos de tu seudónimo «Escarcha

».

- En el 2009 cuando publicaba en mi

blog, surge el nombre Escarcha. Está relacionado

con mi constubre de escribir sin

exterorizar demasiado. Lo meloso no me

llega, por eso es Escarcha, porque es una

mujer más bien fría. Siempre he largado

los textos como Escarcha.

Yo necesitaba un

seudónimo para deshinibirme

y decir todo

lo que tenía que decir,

uno siempre con una

máscara dice mejor las

cosas.

- ¿Diana Beláustegui

y Escarcha

son distintas?

- Sí, Diana Beláustegui

es una mujer

que se adapta a las formas

de una sociedad,

viene a una entrevista

porque es sociable.

En cambio Escarcha,

es un ente misántropo

que está escondido debajo

de la cama porque

no es sociable, esa es la diferencia. Ella escribe

desde abajo de la cama.

- Hablemos de lo local, autores o

movidas que te llamen la atención,

que puedas recomendar…

- Yo vengo de la Jeta Literaria, que fue

una movida importante. Ha durado unos

cuantos años. Y era un grupo de gente que

le gustaba la lectura. Esa era la particularidad

primera de los integrantes. Después

nos enteramos que varios de los integrantes

escribían. Allí conocí a gente extraordinaria

que escribe muy bien. Y ahora, hay

una movida interesante dentro de la literatura

local, están los chicos de Umas, Larvas

Marcianas, que vienen trabajando muchísimo.

También están las chicas de Topos

bajo la lluvia, que tienen una poesía

descontracturada y con una voz femenina

excelente.

- ¿Te gusta la literatura santiagueña?

- La literatura santiagueña es hermosa,

hemos logrado cortar con el cordón de la

parte vieja, del hacha y el quebracho, pero

ojo no estoy renegando del hacha y el quebracho

sino que en algún momento teníamos

que surgir y entrar por otros lugares.

Son extraordinarias las letras santiagueñas,

ya desde la urbe, desde otro lugar.

- ¿Cómo ves el futuro de las letras

santiagueñas?

- Si sigue avanzando como está avanzando

hasta ahora, el futuro va a ser extraordinario.

En el 2009 nosotros eramos

unos cuantos locos que nos reuníamos en

una biblioteca con 40 grados a las tres de

la tarde. Y ahora ves un montón de otros

grupos, mucha más gente involucrada no

solamente con la literatura sino dentro del

arte en general.

- La gente que quiera leer tu libro,

con qué se va a econtrar

- Son 15 cuentos donde en la mayoría,

la mujer hace hincapié en dejar de ser una

mujer cuerda para convertirse en alguien

alienado.

- ¿Para Diana Beláustegui qué

significa publicar un libro?

- Escucho muchas veces definiciones

como «Un libro es como un hijo» y definifivamente

creo que no es como un hijo.

Pero yo lo he publicado por mis dos hijos,

porque necesitaba enseñarles que uno

puede. Que por más que tengas miedo, por

más que seas un misántropo que se esconde

debajo de la cama, uno puede salir de

vez en cuando y hacer algo así.

- ¿Cómo te ves de aquí a diez

años?

- A mi literatura la vivo en presente, y

le tengo pavor a la hoja en blanco. He comenzado

a escribir los cuentos para mi siguiente

libro, y hace dos meses he decidido

que ya podía ser tiempo de publicarlo.

Me ha pasado de preguntarme, ¿qué pasa

si ya no tengo nada más para escribir?, ¿en

qué me convierto? No soy un escritor pero

sí soy alguien que escribe, evidentemente

sigo siendo alguien que escribe.

- Vives el día a día…

- Sí, en una de esas en diez años soy una

asesina serial.

Lo que debes saber
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