Cegueras curables Cegueras curables
Francisco nos ha dejado
siempre el compromiso
de imitar a Jesús. En la
homilía del cierre del Sínodo
de los Obispos sobre
la Familia, rescata su
conducta con Bartimeo,
el hombre ciego que clamaba
por piedad. Jesús
lo hace llamar para devolverle
la luz (Mc 10, 46-
52).
“Debemos hacer nuestras
las palabras de Jesús
y sobre todo imitar su corazón”,
dice el Papa. Pero
hay algunas tentaciones
para los que siguen a Jesús.
El Evangelio destaca
al menos dos: ninguno de
los discípulos se detiene,
como hace Jesús. Siguen
caminando, avanzando
como si nada. Si Bartimeo
es ciego, ellos son sordos:
su problema es no es problema
de ellos.
Corremos ese riesgo:
frente a los continuos
problemas, lo mejor es
seguir adelante, sin dejarnos
molestar. Así, al igual
que aquellos discípulos,
estamos con Jesús, pero
no pensamos como Jesús.
Estamos en su grupo pero
perdemos la apertura
del corazón; perdemos la
admiración, la gratitud y
el entusiasmo y corremos
el riesgo de convertirnos
en “habituados a la gracia”.
Podemos hablar de
él y trabajar para él, pero
vivir lejos de su corazón,
que se inclina hacia quien
está herido.
Esta es la tentación de
una “espiritualidad del
espejismo”: podemos caminar
a través de los desiertos
de la humanidad
y no ver lo que realmente
existe, sino lo que nos
gustaría ver... Una fe que
no echa raíces en la vida
de las personas permanece
estéril y en lugar de
oasis crea otros desiertos.
H
ay una segunda tentación:
caen en “una fe
que sigue un programa”.
Podemos caminar con el
pueblo de Dios, pero tenemos
nuestra planilla en
marcha, donde se planeó
todo: sabemos dónde ir y
cuánto tiempo pasar. Todos
deben respetar nuestro
ritmo y cualquier inconveniente
nos perturba.
Corremos el riesgo de
llegar a ser como muchos
del Evangelio que pierden
la paciencia y reprenden a
Bartinmeo...
Jesús, por el contrario,
desea incluir sobre todo
a quien está relegado
el margen y se dirige a él
gritándole. Y al final Bartimeo
comienza a seguir a
Jesús por el camino. No
sólo recupera la vista, sino
que se une a la comunidad
de quienes caminan
con Jesús.
¡Hasta mañana!?