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EL LIBERAL . Padre Seschi

Cegueras curables

22/05/2016 23:17 Padre Seschi
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Cegueras curables Cegueras curables

¡Buen día! El papa

Francisco nos ha dejado

siempre el compromiso

de imitar a Jesús. En la

homilía del cierre del Sínodo

de los Obispos sobre

la Familia, rescata su

conducta con Bartimeo,

el hombre ciego que clamaba

por piedad. Jesús

lo hace llamar para devolverle

la luz (Mc 10, 46-

52).

“Debemos hacer nuestras

las palabras de Jesús

y sobre todo imitar su corazón”,

dice el Papa. Pero

hay algunas tentaciones

para los que siguen a Jesús.

El Evangelio destaca

al menos dos: ninguno de

los discípulos se detiene,

como hace Jesús. Siguen

caminando, avanzando

como si nada. Si Bartimeo

es ciego, ellos son sordos:

su problema es no es problema

de ellos.

Corremos ese riesgo:

frente a los continuos

problemas, lo mejor es

seguir adelante, sin dejarnos

molestar. Así, al igual

que aquellos discípulos,

estamos con Jesús, pero

no pensamos como Jesús.

Estamos en su grupo pero

perdemos la apertura

del corazón; perdemos la

admiración, la gratitud y

el entusiasmo y corremos

el riesgo de convertirnos

en “habituados a la gracia”.

Podemos hablar de

él y trabajar para él, pero

vivir lejos de su corazón,

que se inclina hacia quien

está herido.

Esta es la tentación de

una “espiritualidad del

espejismo”: podemos caminar

a través de los desiertos

de la humanidad

y no ver lo que realmente

existe, sino lo que nos

gustaría ver... Una fe que

no echa raíces en la vida

de las personas permanece

estéril y en lugar de

oasis crea otros desiertos.

H

ay una segunda tentación:

caen en “una fe

que sigue un programa”.

Podemos caminar con el

pueblo de Dios, pero tenemos

nuestra planilla en

marcha, donde se planeó

todo: sabemos dónde ir y

cuánto tiempo pasar. Todos

deben respetar nuestro

ritmo y cualquier inconveniente

nos perturba.

Corremos el riesgo de

llegar a ser como muchos

del Evangelio que pierden

la paciencia y reprenden a

Bartinmeo...

Jesús, por el contrario,

desea incluir sobre todo

a quien está relegado

el margen y se dirige a él

gritándole. Y al final Bartimeo

comienza a seguir a

Jesús por el camino. No

sólo recupera la vista, sino

que se une a la comunidad

de quienes caminan

con Jesús.

¡Hasta mañana!?

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