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La Biblioteca Sarmiento y la cultura de Santiago del Estero

28/05/2016 21:13 Viceversa
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La Biblioteca Sarmiento y la cultura de Santiago del Estero La Biblioteca Sarmiento y la cultura de Santiago del Estero

La Sociedad Sarmiento

fue fundada en 1888

por don Belisario Flores,

docente normalista, y por

los datos de archivo, escribe

el primer estatuto, y

alienta a los socios a asistir

a la escuela nocturna

de la citada sociedad.

La misma estuvo formada

por obreros urbanos,

en su mayoría analfabetos,

y desprotegidos en

servicios sociales (médico

y sepelios), por lo que la

sociedad fue de socorros

mutuos, una forma de

asociación muy común en

esta época. Esto ocurrió el

mismo año que abría sus

puertas el Teatro Recreo,

para recibir a las compañías

teatrales españolas,

que según Arturo Bustos

Navarro fue conformada

por artesanos en un primer

momento, lo que refleja

la presencia de los

sectores obreros en la

vida cultural de la “ciudad”

1.

Un importante paso

para esta Sociedad fue

la inauguración de su Biblioteca

pública en 1893.

Las otras sociedades estuvieron

presentes, apoyando

tal evento de gran importancia

para la cultura

en Santiago. En 1893 Gumersindo

Sayago, docente

del Colegio Nacional,

presidente de la Sociedad

Sarmiento, en una conferencia

en la citada institución

la ubicaba dentro

de la realidad cultural en

Santiago, decía:

(...) “Si en otro tiempo,

bajo los auspicios

del grande educacionista

don Domingo F. Sarmiento

se estableció en el

Colegio Nacional, fundado

por él, otra Biblioteca,

ella tenía un carácter

propio y particular y con

el transcurso de los años

estuvo sujeta a múltiples

pericias, que hacían sentir

la necesidad de otra de

un carácter más general

que fuera mas accesible

a todos los ciudadanos.

La Sociedad Sarmiento,

cuyo fin no es solamente

practicar el socorro

material, sino también

el de propender el mejoramiento

moral y social

de las clases más modestas

del pueblo, comprendió

esta necesidad y con

un afán y una perseverancia

dignas, sin duda,

de encomio y de fomento,

acometió la grande

obra, y merced al concurso

de sus socios y de otros

ciudadanos amantes del

bien público (...) A la verdad,

si consideramos el

rol importante que en la

civilización de los pueblos

desempeñan el libro

y las Bibliotecas, nuestra

Biblioteca no es más que

un embrión, un principio,

un asomo de lo que sería

necesario que fuese para

merecer la honra de ser,

desde ya, contada entre

los adelantos verificados

en la sociedad santiagueña,

de algunos años a esta

parte”2 (...) Así, Sayago

pensó a la Sociedad Sarmiento

como un centro

cultural popular, abierto

a los sectores populares,

diferenciándose del Colegio

Nacional, que quedó

inmerso como una institución

para las elites.

En 1899 la Velada cultural/

literaria organizada

por la Sociedad Sarmiento

en el Teatro Zanetti,

nos indica el prestigio que

va obteniendo la institución

dentro de la elite, hubo

en la misma recitales

de piano, una representación

teatral a cargo del

grupo de aficionados dirigidos

por Félix O. Cordero,

declamaciones, destacándose

el poeta Santiago

Lugones, difusor de Ruben

Darío en Santiago, y

un discurso de apertura

a cargo de Baltasar Olaechea

y Alcorta, dijo el intelectual:

“(…) Creo que todos

estaremos conformes en

afirmar que pocas veces

se ha dado en Santiago

una fiesta social de fines

tan elevados y de carácter

tan simpático a todos

los gremios y a todas las

opiniones, como la que

celebramos ahora con las

complacencias que animan

al espíritu, cuando

se lleva a cabo tan útil y

honrosa a la vez para los

que la realizan. Fomentar

y proteger una asociación

que tiene por primordial

objetivo la formación

siempre creciente

de una Biblioteca popular

como la denominada

Sarmiento, es hacer

el bien con amplitudes

infinitas y con beneficios

incalculables (...).

Estimular la tarea generosa

de la Sociedad Sarmiento,

en esta época en

que tantos inauditos esfuerzos

se hacen por la

instrucción pública (...)

que recomienda la cultura

y las aspiraciones de

la sociedad santiagueña

(...) imprimamos nervio

y acción a asociaciones

de la índole de la Sarmiento”

3 (…) Varios aspectos

se pueden destacar

de este discurso; primero,

que con esta Velada se inaugura

un estilo de sociabilidad

cultural moderna,

que viene a reemplazar a

las tertulias o reuniones

sociales, que son un rasgo

del siglo XIX, aunque

la Velada en sí, sea una

nueva forma de reunión

social, pues es la elite su

público -especialmente el

femenino- , y segundo la

elite a través de Alcorta,

se hace cargo de alentar la

constitución de este tipo

de sociedades, que vienen

a complementar la política

educativa de la citada

Sociedad, y a mostrar la

importancia que tiene la

cultura para estos intelectuales,

como herramienta

de cambio.

En esta etapa los docentes

fueron los principales

socios de la Sociedad

Sarmiento, que impulsaron

su actividad cultural.

Resultado de esto,

se formó la Sociedad

Magisterio que nació en

1900, y fue toda una Asociación

cultural liberal,

que tuvo el fin principal

de difundir el positivismo

y el laicismo, reforzando

la tarea que la escuela por

la misma senda ideológica

realizó en la sociedad.

La Sociedad Sarmiento

fue su sede, en la cual esta

organización pronto se

convirtió en referente cultural.

Información publicada por diario EL LIBERAL. Director. Lic. Gustavo Ick.

Notas:

1.Bustos Navarro, Arturo

(1948), Fecundo desarrollo tuvieron

las instituciones culturales,

en el EL LIBERAL, número

del cincuentenario, Sgo. del Estero,

p. 198.

2. Contreras Lugones, Miguel

(1925), Anales de la Biblioteca

Sarmiento, Molinari,

Sgo. del Estero. p. 81, y Estatutos

de la Sociedad Sarmiento

de Socorros Mutuos (1889),

Imprenta M. Moreno, Buenos

Aires, p. 12.

3. Olaechea y Alcorta, Baltasar

(1909), Ecos del interior,

Ribas y Compañía, Sgo. del Estero,

p. 128.

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