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EL LIBERAL . Padre Seschi

Fidelidad

¡Buen día! Estamos quizá demasiado acostumbrados a ver, en las series y películas norteamericanas, a la infidelidad matrimonial como un modo de ser habitual de la sociedad. Según ellas, las parejas fieles parecieran ser excepciones a la regla. Una bien documentada encuesta del Instituto de Investigación Gallup desmiente ampliamente esa impresión. Según el estudio, la mayor parte de los casados norteamericanos está por la fidelidad matrimonial y todo lo que ello significa. Para sorpresa de muchos, la investigación ha llegado a la conclusión de que el 90% de los encuestados no registra actos de infidelidad en su matrimonio, mientras el 66 por ciento sostuvo ser plenamente feliz en él. Por otra parte, el 80% volvería a elegir a su mujer o marido.

Otro dato es que más de la mitad de las mujeres que admitieron haber sostenido relaciones sexuales antes del matrimonio confiesan estar arrepentidas de su conducta. Además hay cada vez más adultos norteamericanos que desaprueban las relaciones paralelas al matrimonio. Mientras en 1973 quienes pensaban eso eran cerca del 84 por ciento de los consultados, en 1990 la cifra llegó al 91 por ciento.

Estos y otros datos interesantes fueron difundidos en gran escala por la revista científica “Psicología hoy”, así como por los programas “El mundo del rey” y “El ABC del hogar”, que divulgan las cadenas televisivas de Norteamérica, según indican las agencias periodísticas.

No pueden menos que resultar reconfortantes las noticias positivas que nos llegan desde allá. Existe una tendencia a suponer que el desarrollo de un país está ligado a crecientes aflojamientos de la moral; al menos tal es la impresión que nos dejan muchas veces el cine y la TV. En realidad, la fuerza del desarrollo pasa por otro lado; y es bueno que los EE.UU. comiencen a dar un buen ejemplo en este punto. Ojalá también aquí vuelva a surgir una reacción positiva contra tanta podredumbre que amenaza con taparnos. En esto, la familia tiene a su cargo la principal tarea; pero es el cuerpo social en su conjunto el que debe preocuparse. Todos tenemos que trabajar para crear las condiciones que apuntalen al matrimonio. Vivir y estimular la fidelidad es uno de los caminos más importantes. ¡Hasta mañana!

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