Los hinchas del Gaucho pusieron color, brillo y entusiasmo en el estadio Bicentenario de San Juan

Güemes jugó anoche uno de los partidos más importante de su historia y ante un rival que marcó las diferencias de principio a fin en el estadio Bicentenario de San Juan. Pero por dentro quedó la sensación de que a muchos les hubiera gustado estar ahí y sobre todo enfrentando al último campeón de la Copa Argentina, Boca Juniors.

La expectativa que se generó antes del cotejo se tradujo anoche en fervor, entusiasmo y mucha alegría en los simpatizantes del Gaucho, que en gran número (cerca de siete mil) se dieron cita en la provincia cuyana para apoyar y acompañar al equipo en esta cruzada.

Todos eran conscientes de lo difícil que iba a ser enfrentar a los dirigidos por Guillermo Barros Schelotto. Los jugadores estaban muy motivados, pero a medida que se iba acercando el cotejo, los nervios propios de jugar por primera vez ante un grande de la Argentina, los llevaron a cometer errores que a la postre les costaron caro.

La primera situación en este sentido fue cuando Martínez perdió la pelota cerca del área y el desenlace fue fatal. Apenas 12 segundos habían transcurrido y Boca ya se ponía en ventaja con un gol del chico Pavón.

Pero parece ser que a la gente de Güemes poco le importó. Lejos de sufrir el tempranero gol, los que aman los colores de la camiseta del elenco de la "Isla", siguieron cantando en la tribuna del acceso sur al estadio y con rostros llenos de felicidad.

No es para menos. Güemes, un club al que todo le cuesta el doble para seguir con vida en lo institucional, se dio el gusto de hacer lo que otros tal vez no pueden hacerlo por diferentes circunstancias: enfrentar a un rival como Boca Juniors que anoche dio muestras de que puede otra vez pelear por el título del torneo.

El regreso de los hinchas a Santiago del Estero en caravana y en los 40 colectivos que fletaron será con toda la alegría de haber disfrutado de un espectáculo que quedará para la historia y sobre todo para el hermoso recuerdo. l