La crisis peronista y una oportunidad para Cambiemos

"Dividir a la oposición, en este caso al peronismo, no es nada novedoso. Lo hemos hecho muchas veces nosotros y este gobierno ahora lo está explotando", reflexionó un experimentado dirigente peronista, testigo de todas las batallas políticas que involucraron al PJ desde el alfonsinismo hasta la actualidad. En Balcarce 50 saben de la "conveniencia" para Mauricio Macri que el peronismo esté dividido en kirchnerismo, el PJ de José Luis Gioja y el espacio que comparten Sergio Massa con José Manuel de la Sota. "Es el mejor escenario para nosotros", admitió un funcionario. Aquél experimentado dirigente peronista lanzó una segunda reflexión: "A Macri lo subestimamos. Creíamos que éste iba a ser otro gobierno radical, moderado. Pero, evidentemente, recurre a muchas prácticas peronistas". Tal vez este hombre del riñón del PJ desconocía que algunos funcionarios de la Casa Rosada siguen muy de cerca por estas horas, la frustrada "transversalidad" que inició Néstor Kirchner apenas asumió la Presidencia, en el año 2003, proceso que intentó potenciar a partir de 2005 cuando diseñó la ofensiva política para quedarse con el poder de Eduardo Duhalde en el PJ. La transversalidad para Kirchner era socavar la estructura pejotista integrada por los "barones del Conurbano" y muchos dirigentes de la vieja escuela menemista-duhaldista e incorporar, como finalmente hizo, aunque en menor cantidad de la que esperaba, a hombres y mujeres de la centroizquierda. De hecho, el santacruceño se nutrió para ello de muchos ex Frepaso, Nuevo Encuentro, ex ibarristas y algunos radicales como Julio Cobos o Leopoldo Moreau. Pero nunca alcanzó a cumplir su fantasía de tener una central obrera poderosa comandada por Víctor de Gennaro o armar una generación de cuadros políticos que desalojaran del poder, en masa, a los intendentes del Conurbano. Con diferencias, como no podría ser de otra manera, en la Casa Rosada albergan las esperanzas de llevar adelante una versión remozada de aquella transversalidad kirchnerista, aunque al revés en cuanto a corrientes de pensamiento, ya que estarían buscando sumar a gobernadores, legisladores y dirigentes peronistas que, hoy por hoy, le escapan al kirchnerismo, ven con desconfianza al PJ de Gioja y reniegan de Sergio Massa. "Hay varios gobernadores peronistas que nos piden que no le demos aire a Massa. No lo quieren", alimentó el fuego, un dirigente de Cambiemos. Claro está que esa ambiciosa estrategia necesita de tres factores insoslayables: que el kirchnerismo y Cristina Fernández sigan cayendo a pique en la estimación de la sociedad, debido a sus escándalos de corrupción; que el peronismo se mantenga atomizado y sin un líder; y que mejore la economía. No está claro cómo ni cuándo, pero el presidente Macri vería con muy buenos ojos esta jugada, nada menos que una "transversalidad" al estilo Cambiemos.