Congelan el valor de las naftas por 90 días y bajan el precio interno del petróleo Congelan el valor de las naftas por 90 días y bajan el precio interno del petróleo
Acorralado por la crisis
política generada por
el freno judicial al aumento
de las tarifas de los servicios
públicos, el ministro de
Energía de la Nación, Juan
José Aranguren, recibió a
los máximos representantes
privados de la industria
petrolera.
En principio, congeló
por 90 días el precio de las
naftas, a pesar de que había
un acuerdo para subir
un 5% este mes y otro tanto
en noviembre.
De esta manera,
en Santiago del Estero
se mantendrá, por lo menos
hasta mediados de noviembre,
el precio del litro
de nafta súper en $ 18,94
(YPF y Refinor) y $ 19,59
(Shell) y la premium desde
$ 20,79 (YPF).
Por otro lado, se convino
que para que las refinadoras
puedan mantener sin
cambio los surtidores, las
productoras de crudo reduzcan
el precio interno del
petróleo: 2% este mes; 4%
en septiembre; otro 6% en
octubre.
De esta forma, el Gobierno
cambia una estrategia
que venía desde la era
de Cristina Kirchner, sostenida
hasta ahora por Mauricio
Macri.
La misma consistía en
fijar un precio local (el tipo
Medanito a u$s 67,50
y el Escalante a u$s 54,90)
por encima del internacional
(hoy en torno a 50 dólares).
En ese plan, la idea era
“sostener la producción”
aún a costa de que los automovilista
pagaran más para
llenar el tanque.
En la oficina del ministro
estuvieron altos directivos
de la estatal YPF, de
PAE, de la familia Bulgheroni,
y de la holandesa
Shell, donde Aranguren
fue CEO hasta hace un año
y medio.
Esta definición es seguida
de cerca por un ala
del Ejecutivo, que empezó
a promover durante las últimas
semanas una convergencia
del precio interno
del crudo.
Incluso economistas liberales
del riñón de Cambiemos
como el presidente
del Banco Central (BCRA),
Federico Sturzenegger, y
del Banco Nación, Carlos
Melconian aseguran que se
pagó un costo político para
el Gobierno.
Esto, porque tuvo que
autorizar una suba del 32%
de los combustibles (desagregada
en cuatro remarcaciones)
y, sin embargo, la
inversión en los yacimientos
decreció. En ese sentido,
hoy están activos 83
equipos de perforación en
todo el país contra los 122
de junio pasado.
La posición de los productores
es otra. “Es verdad,
la cantidad de equipos
de torre en operación descendió,
pero si no se hubiera
tomado, la actividad se
habría derrumbado”, explicaron.
En el compromiso firmado,
además, se incluyó
la creación de una mesa
para discutir la productividad
en la industria petrolera,
una obsesión del coordinador
de la jefatura de Gabinete,
Gustavo Lopetegui.
Participarán las empresas,
el Gobierno nacional,
los provinciales y los sindicatos,
con el objetivo de
“readecuar la industria a la
situación del escenario internacional
por debajo de
los 50 dólares el barril”.
Habrá que estar alerta
en el clima social en los yacimientos,
porque se pondrán
sobre la mesa, cambios
de régimen laboral, y
se revisarán las llamadas
“horas taxi” y la “simultaneidad
de tareas”, entre
otras demandas de las
grandes empresas del sector.
En la práctica, la decisión
de evitar una nueva remarcación
en surtidores va
a contramano de lo acordado
verbalmente con las petroleras
en enero.
En ese entonces, se fijó
un cronograma según
el cual restan dos subas en
surtidores, una prevista para
agosto del 5% y la otra similar
para noviembre.
Por
distintos motivos, el Gobierno
no está dispuesto a
avalar esos incrementos,
según publicó Perfil.
En lo político, la crisis
por las tarifas no deja margen
para aplicar una nueva
suba en la antesala de la resolución
de la Corte Suprema.
Sería tensionar innecesariamente
la agenda a días
de una decisión clave