El cardenal Ángelo Amato bendijo a una niña discapacita

La ceremonia de beatificación de Mama Antula fue especial para todo el mundo religioso y, para algunos, mucho más que para otros. Iluminada por la gracia de Dios, la pequeña Florencia Alcorta fue bendecida por el cardenal ángelo Amato, el enviado por el Papa desde el Vaticano, ante la multitud de fieles que participaron ayer de la celebración. Minutos antes del inicio de la ceremonia, el representante de Francisco se acercó hacia el sector de discapacitados e impartió la bendición a los presentes, y de manera muy especial se paró ante Florencia, una niña de 15 años que presenta una discapacidad motriz. Con su mano extendida, el cardenal oró frente a ella y le regaló una estampita del Papa, a la cual la niña la tomó y la apretó fuerte en su pecho.

"Siento mucha emoción, fue un momento muy feliz, que jamás me esperé vivir. Sentí que estaba frente al Papa. Tengo mucha alegría en mi corazón, siento ganas de llorar", expresó Florencia, embargada por la emoción, minutos después del hecho que seguramente quedará grabado en su mente y su corazón por el resto de su vida.

La pequeña forma parte del grupo de jóvenes de la parroquia San Diego y desde el día anterior participó en el campamento juvenil.

Está a punto de confirmarse y, comprometida con la vida de los demás, decidió ser misionera para lo cual se está preparando.

"Quiere ser misionera y a pesar de su discapacidad podrá hacerlo porque nada le impedirá cumplir con lo que su corazón le dicta. Esta bendición que recibió seguramente la hará aún más fuerte para encarar su vida", explicó Mónica Coronel, coordinadora del grupo.