Rostro

¡Buen día! Todos tenemos un rostro. Al menos una vez al día nos asomamos al espejo y lo vemos, aunque más no sea para peinarnos.

Habitualmente vemos más rostros ajenos que el propio. Por vivir en familia, por el trabajo, o por otra actividad. Generalmente vemos rostros ajenos; a veces los miramos, es decir, los vemos con atención.

Joseph Epstein confiesa que “desde que tengo uso de memoria he observado los rostros de la misma manera que los observadores de aves miran a los pájaros”.

Y prosigue: “¿Puede haber alguna duda de que escudriñar el rostro humano, aún cuando se haya vivido mucho, es todavía el mejor juego que hay? Tómese en consideración que todos, en principio, jugamos con las mismas cartas: ojos, nariz, boca, mejillas, cejas, pelo, piel, oídos y frente, todas repartidas en el paño de la piel, en la parte frontal del cráneo.

Pero de qué manera tan inagotablemente interesante se han repartido esas cartas...

Narices respingadas o aguileñas, labio sensuales o amenazantes, cejas escasas o pobladas, mejillas abultadas o delgadas, barbillas prolongadas o inexistentes, ojos, aunque en un limitado número de colores, poseedores de infinitas posibilidades expresivas... ¡Qué variedad, cuántas modalidades dentro de esa variedad y qué diversidad dentro de esas modalidades!

Sobre el tema hay una paginita de René Trossero (“Como luces en tu camino”), que seguramente lo ayudará a pensar: “Tú eres el artífice de tu rostro. La cirugía puede modificarlo desde afuera, pero son tus sentimientos los que lo hacen expresivo desde adentro.

Tu rostro es el primer mensaje que transmites cuando te encuentras con los otros. ¿Sabes lo que dice...?

No está mal que cuides tu rostro y lo embellezcas con cuidados y cosméticos, pero no olvides que ningún cosmético suple la bondad y la riqueza personales que no tienes, ni oculta la maldad y la pobreza de tu mundo interior.

Cuando no recibes de los otros la respuesta que esperas a tus palabras, trata de averiguar lo que dices con tu rostro, y tal vez comprendas muchas cosas”.

¡Hasta mañana!