Instituto volvió a ganar y ahora manda en soledad

Instituto Deportivo Santiago logró ayer un gran triunfo sobre Defensores de Esquiú de Catamarca, en condición de local, por 1 a 0 y de esta forma se transformó en el solitario líder de la Zona A, Región Centro, del Torneo Federal B.

Silvio Alcaras, a los 31 minutos del segundo tiempo, marcó el único tanto del cotejo correspondiente a la séptima fecha, que se disputó en la cancha de Villa Unión de La Banda.

Habían llegado a esta fechas como los líderes del grupo, pero ahora la "Gloria" mira a todos desde arriba con 15 puntos.

Desde el inicio, el gasto del partido lo hizo el local, mientras que los catamarqueños esperaron atrás, con dos líneas de cuatro para salir de contra.

Instituto Santiago desperdició tres chances claras: a los 20’, Catálfano elevó su remate dentro del área, a los 23’ se lo perdió Valdez ingresando por derecha, y a los 29’ Gabriel Ibáñez no pudo definir solo ante el golero visitante.

La visita se despertó después de la media hora. Y a los 31’ estuvo cerca de acertar una contra, pero el palo devolvió el remate de Castro. Y a los 42’, García se quedó con otor disparo de Castro.

Sobre el cierre volvió a llegar Instituto, primero con Figueroa, que remató apenas desviado, y después Ibáñez se volvió a perder el gol solo.

En el complemento se acentuó el dominio de Instituto, que se paró más adelante en el campo de juego.

Un tiro libre de Cuellar, a los 20’, que dio en el poste fue un aviso de lo que vendría a los 31’, cuando llegó un desborde por derecha y, tras un rebote, apareció el lateral derecho Alcaras para rematar bajo (la pelota se desvió en un defensor) y batir al arquero visitante.

Con el 0-1 abajo, Defensores de Esquiú se acordó tarde de atacar, y dejó claros espacios, donde Instituto no pudo lastimar, ya que lo tuvieron Gastón Correa, un cabezazo de Emilio Benac y un rebote de Gabriel Ibáñez con destino de red, pero el golero ahogó una y otra vez, el grito de gol.

Después no hubo más tiempo para más. Instituto quedó con la punta con un triunfo algo sufrido, pero totalmente merecido.