Las estrategias de unos y otros, por fuera de los Ledesma

El abrazo simboliza la perfección, la homogeneidad en Lucrecia y su hijo, Luis. Aunque la defensa no lo exterioriza, todo indica que trasladarán la culpa emergente al trío de enfrente. Es decir, redireccionarán la autoría materia del asesinato a Rojas, Brandán y al propio Pereyra. Por ejemplo, cuando declare la "mae" señalaría que sólo descendieron del remís Rojas y Brandán. Dejará entrever que el dúo (karateca y otro pseudoboxeador) asesinó a Leda; que ella y Luis esperaron en el auto. En esa línea, insinuará que a los dos individuos se les fue la mano en el falso asalto por todos concebido. Ante semejante orfandad, ¿cómo contragolpearán Rojas, Brandán y Pereyra? Al menos Rojas, el ex de Leda, no tardará mucho en romper su silencio y, con ello, de seguro agrietaría las defensas colectivas. Mal que les pese, hasta hoy, subsiste un pacto de silencio que impide al tribunal establecer quién ultimó a la maestra la noche del 14 de junio, en Robles. Bu e n o , a s umi é n d o s e abandonado, Rojas amaga confesar que pidió ayuda para recuperar el amor de Leda. El cuarteto le dijo sí, pero a cambio de "curar a Leda", la trasladó a un camino distante y ultimó a puñaladas, aunque el arma jamás apareció.