Telenovelas

¡Buen día! Confieso que sólo miro algún capítulo de vez en cuando. La razón, falta de tiempo. Quisiera disponerlo para realizar un estudio más profundo sobre el tema.

Por lo que veo (y por lo que me dicen personas criteriosas que las ven habitualmente), hay buenas, regulares y malas telenovelas. Y están las que tienen mezcladas las cosas buenas con las regulares y las malas.

Pero si ellas tienen, como género, tanta teleaudiencia familiar, significa por lo menos que hay un interés. No sólo para mujeres, sino también para muchos hombres que, en la intimidad, confiesan que los atrapan.

¿Que son reiterativas, que son aburridas, que son puro sentimientos? Puede ser, en algunos casos más que en otros.

Sin embargo, algo deben reflejar de la vida o de lo que se sueña o de lo que se teme- para que tanta gente se sienta de algún modo interpretada.

Una joven señora confesaba que mirar telenovelas era para ella como asomarse a muchas ventanas desde su propia casa. Ello le permitía gozar y sufrir con los protagonistas, a la vez que gozar y sufrir contra los “malos de la película”.

Esas “ventanas”, desde hace varios años, permiten asomarse a otros países, con producciones a veces excelentes.

Es, también, un modo de viajar al exterior sin moverse de su casa.

Pienso que en el tema debería aplicarse más el viejo principio de encender una vela en lugar de maldecir la oscuridad.

Contribuir a que permanezcan las buenas, mejoren las regulares y desaparezcan las malas. Si el rating fuera garantía de calidad, el trabajo sería más fácil. De todos modos, a la larga, las malas telenovelas terminarán levantándose (gracias al implacable “zapping”). Sólo quedarán las buenas y, en el peor de los casos, las mediocres.

Sería bueno que los buenos escritores ofrecieran buenos textos. Este es uno de los elementos claves, si no el primero. De hecho, algunas incursiones se han venido realizando, al incorporar al género novelas que son clásicas en la literatura universal, o incluso nacionales.

En definitiva, la telenovela puede convertirse en un medio altamente educativo, si se la usa para mejorar las cosas.

¡Hasta mañana!