Fe Cristiana Fe Cristiana
domingo para hablar
de la fe y de que
los discípulos le han
pedido a Jesús aumentar
la fe de ellos.
Quiero hablar de la fe
católica.
La fe es un acto personal, la respuesta
libre del hombre a la iniciativa
de Dios que se revela. No es un acto
aislado; es la adhesión personal de
la inteligencia y voluntad a la revelación
divina. Podemos ver los ejemplos
de Abraham en el Antiguo Testamento,
y de nuestra Madre María
en el Nuevo Testamento.
La fe no es una simple teoría, es
un compromiso que llega al corazón y
a las acciones; a los principios y a las
decisiones; al pensamiento y a la vida.
Vivimos nuestra fe cuando dejamos
a Dios en primer lugar en nuestras
almas; cuando el domingo lo vivimos
para la misa, la oración, el servicio,
la esperanza y el amor; cuando
dejamos que Dios ilumine nuestras
ideas y decisiones.
Con la fe el hombre se entrega libremente
a Dios y por ella se esfuerza
por conocer y hacer la voluntad de
Dios. Por eso se dice que es el fundamento
de la vida moral en el catecismo.
Es el don más grande que puede
recibir el hombre. La fe da sentido a
la vida. Enseña a comprender el dolor
y el sufrimiento. Da sentido a lo
cotidiano, llena la vida con la presencia
de Dios.
Muchas personas que antes decían
que la fe es la que salva. Pero no
podemos quedarnos únicamente con
eso; hay obras para llegar a la verdadera
salvación.
Como el cuerpo sin el espíritu
es muerto, así también es muerta
la fe sin obras. (Carta de Santiago
2, 20-26).
“¿Será necesario demostrarte,
si no lo sabes todavía, que la fe sin
obras no tiene sentido? Abrahan,
nuestro padre, ¿no fue reconocido
justo por sus obras cuando ofreció
a su hijo Isaac sobre el altar? Ya ves
que la fe acompañaba a sus obras, y
por las obras su fe llegó a la madurez.
Esto es lo que recuerda la Escritura:
Abrahan creyó en Dios, y por eso fue
reconocido justo, y fue llamado amigo
de Dios.
Entiendan, pues, que uno llega a
ser justo a través de las obras y no sólo
por la fe. Lo mismo pasó con Rajab,
la prostituta: fue admitida entre
los justos por sus obras, por haber
dado hospedaje a los espías y porque
los hizo partir por otro camino. Porque
así como un cuerpo sin espíritu
está muerto, así también la fe que no
produce obras está muerta.
Entonces, Santiago habla de esta
fe, pero con obras. Hay que manifestarla,
hay que mostrarla.
La fe no es un simple sentimiento
de la presencia de Dios en la vida,
sino fiarse de Dios, confiar en él. No
tiene como fin primero capacitar al
hombre para su tarea en este mundo,
sino iniciarlo a la vida divina que solo
alcanzará a la perfección en la vida
eterna.
La fe es adhesión de la inteligencia
a la palabra de Cristo, su Evangelio,
y entrega confiada a él de toda la
persona. No podemos reducir la fe
solo a sentimientos o emociones. A la
fe hay que conocerla, conocer el Credo,
la iglesia y sus enseñanzas.
No podemos quedarnos superficialmente
para decir que tengo fe, sin
saber nada, sin haber llegado a conocer
cuál es la fe de la Iglesia Católica.
Si somos cristianos católicos debemos
conocer la fe católica, confesarla
con palabras y hechos; y preservarla
de todo lo que pueda ser obstáculo
para no vivirla. Hay que alimentar
la fe con los sacramentos, sobre todo
con la eucaristía y el sacramento de la
reconciliación, porque adentro está
la gracia de Dios que obra.
Hoy, podemos decir que tenemos
fe y vivimos con la fe de la Iglesia,
pero no podemos quedarnos sin alimentar,
conocer y llegar a dar la posibilidad
de que Dios aumente esta
fe. Si los apóstoles piden a Cristo aumentar
su fe, nosotros continuamente
debemos pedir a Cristo aumentar
nuestra fe y manifestar en todo lugar,
sin miedo, sin vergüenza, sin fanatismo.
H
oy, es el domingo en que los
apóstoles hablan de esto, podemos
alegrarnos porque la fe no es solamente
el sacramento que hemos recibido.
Hay que vivirla.
Danos hoy y siempre fe, como un
grano de mostaza, pero una fe sencilla
aunque obediente y nítida. Una
fe radical. No mirar atrás. Una fe soñadora
pero con los pies en la tierra,
con la mente en el cielo, pero con los
ojos despiertos, con los pies en el camino,
y con el alma hacia Ti.
Señor Jesús te pedimos que des
la posibilidad a tus hermanos en la
Iglesia de que hablemos de la fe y que
también la vivamos. Aumenta la fe y
danos la posibilidad de alimentarla.
María, Nuestra Madre, vivía esta
fe, esta convicción y confianza total,
por eso ha entregado su vida a Dios.
“Aquí estoy para cumplir tu voluntad”.
Que ella nos ayude para que lleguemos
a vivir con paz, fe y sobre todo
vivir con la alegría de ser cristianos
católicos.