El empresario no tendría abogado defensor y se "amotinó" en el Juzgado

El empresario Luis Manuel Pericás protagonizó ayer un inocultable "berrinche" dentro del Juzgado del Crimen de 3ª Nominación, al ser trasladado para notificarse de dos decretos en torno al expediente que lo tiene como protagonista, denominado "afer cautelares".

A las 10.30, vestido en impecable traje, efectivos del Usar condujeron al empresario radial hacia el Juzgado a cargo del doctor Darío Alarcón. Cuando el instructor le informó sobre la denegatoria de la excarcelación y la concesión de su apelación, con vistas a enviarse la causa a la Cámara de Apelaciones, el detenido habría afirmado que no firmaría nada.

"Antes, quiero copias del expediente; y no firmaré nada sin mi abogado Juan José Saín", señalaron los voceros del Juzgado, precisando que la obstinación de Pericás se extendió por más de una hora.

Con ello, el empresario delató su distanciamiento del doctor Adolfo Suárez, su defensor hasta el fin de semana pasado y legalmente aún hoy; ocurre que nadie firmó ni la renuncia, ni la revocatoria al poder conferido meses atrás, al estallar el escándalo interprovincial.

Puesto en perspectiva, Pericás habría reclamado la presencia de Saín, muy a pesar de que aún no habrían plasmado acuerdo alguno. El desconcierto es aún mayor, ya que también lo patrocinarían los letrados tucumanos Juan Robles, padre e hijo, y López Márquez.

Mientras, se confirmó que Pericás ampliará su indagatoria mañana. Ese día, el detenido estará frente a Alarcón. Brindaría precisiones de todas las operatorias que antecedieron a las millonarias cautelares, por las cuales debieron renunciar tres jueces del crimen y uno de Paz Letrado. Pericás tendrá más de dos horas para reconstruir su posición: los abogados le sugieren que el problema radica en Santiago.