Viajes en el tiempo Viajes en el tiempo
en el tiempo, constituyen, desde
hace varios siglos, una de las
mayores fantasías elaboradas
por la imaginación popular.
A pesar de que el propio Albert
Einstein, entre otros grandes
e indiscutidos cerebros que
ha dado la humanidad, haya
afirmado que su realización es
físicamente posible, no existe
hasta el momento dato fehaciente
que corrobore tan optimista
especulación.
Todas y cada una de las teorías,
ya sean religiosas, físicas,
filosóficas o metafísicas, cuentan
con tal cantidad de cabos
sueltos, que el interrogante
vuelve casi siempre a su punto
inicial, dejando en tal recorrido
circular, un sin fín de contradicciones,
parábolas y metáforas.
La literatura y el cine en general,
pero en particular el género
ciencia ficción se ha adueñado
de esta inquietud tan plural,
desgastándola casi hasta el
hartazgo.
En los escritores del género
mencionado sucede quizá
en muchos casos, un fenómeno
similar al que se da en ciertos
músicos, que a la hora de
componer una canción se basan
automáticamente en un
básico círculo de quintas, do+,
fa+, sol+ .
Es nada más ni nada menos
que la utilización constante de
la gran fórmula mágica, lo que
de antemano ya se encuentra
aceptado y con más posibilidades
de venta.
Lo que la gente quiere escuchar,
fácilmente asimilable y
más groseramente recordable.
Cánones aprobados por las
masas, cada día más proclives
a la falta de estimulación con
carácter inaugural, que requiera
un previo trabajo intelectual
y un ejercicio de imaginación
que conlleve a un deleite más
elevado como premio.
Retornando al tema inicial y
sacando a un costado las abundantes
analogías, que se pueden
encontrar fácilmente en
cualquier rama del arte, debo
admitir que no por tales observaciones
la temática deja de ser
apasionante, así como también
su desarrollo en muchos casos.
Basta solo con recordar la
película “VOLVER AL FUTURO”,
sin duda una de las obras
maestras del cine mundial, para
que a la mayor parte de quienes
la hemos disfrutado, nos
invada una dulce nostalgia.
En mi caso tuve la dicha de
contemplar esta obra en el momento
más adecuado de mi vida
para tal fin, circunstancia
indispensable para haberla podido
admirar de un modo maravilloso.
Hablo de la niñez en su
máximo esplendor, unos 7 u 8
años de edad, momento en el
cual no solo la imaginación toma
constantemente rumbos
inesperados, sino que también
es infinita.
Tal característica, invariablemente
provisoria a lo largo
de la evolución personal, se debe
al hecho puntual de que en
esa instancia del ciclo, nuestra
posición ante el mundo no
se encuentra conceptualmente
definida.
En cambio hoy en día son
mis ideales quienes me juegan
una mala pasada, llevando a
cabo un fuerte censuramiento
hacia algunos estereotipos.,
del mismo modo en que no me
permiten reírme de los chistes
de “FRIENDS”, o de regocijarme
con una novela de Danielle
Steel, me hacen cuestionar gravemente
el trasfondo de “VOLVER
AL FUTURO”.
Repasemos la trama:
un hombre x inventa una
máquina del tiempo y decide
viajar.
¿Para qué la inventa?, y
¿Por qué decide viajar? No
existe un motivo heroico o perverso,
pareciera que lo hace
porque si, de puro aburrido nomás.
Invita a su amigo llamado
Marty (si mal no recuerdo), un
chico promedio y bien parecido
que asiste a la universidad, vive
en una casa con garaje al frente
y su papá le presta el auto de
vez en cuando para salir con la
novia, quien asiste con él a la
misma preparatoria, el padre
hace tamaña concesión y demostración
de afecto, porque
entiende que Marty recién puede
tener su propio vehículo el
día en que se gradúe, momento
en el cual llevará a “SU” chica al
baile de graduación, etc…
Este muchacho es muy inteligente,
tanto que la mayor
problemática que enfrenta en
su vida diaria no es una batalla
interna plagada de cuestionamientos
apasionados, como
tampoco lo es el miedo a la
muerte, o la leve sospecha de
que el amor es efímero.
Sus intereses están centrados
en la existencia de un chico
muy musculoso que hay en su
clase, seguramente capitán del
equipo de béisbol, que siempre
lo molesta y lo llama “gallina”,
haciéndolo al pobre Marty sentir
menos hombre , por no ser
tan grandote, a la vista de los
demás.
Y Marty se convierte en el
héroe de la película, porque finalmente
logra en el pasado alterar
algunos hechos, que luego
al retornar a su verdadero
tiempo, convierten a su padre
en un macho alfa hecho y derecho.,
que hace chistes (seguramente
similares a los de la 3
temporada de una miniserie
actual), y le toca el trasero a su
mujer sorpresivamente mientras
está cocinando.
El modelo de una vida ejemplar,
la felicidad por deber, por
constancia, pero nunca por
elección.
Disculpen el siguiente énfasis
innecesario:
¡Pero esto para mí es un horror!
Es el verdadero horror instalado
en un sistema que lucha
constantemente con armas peligrosísimas
por abolir la individualidad,
el pensamiento crítico
y las verdaderas aspiraciones
que no les resulten funcionales.
Es el horror situado en las
esquinas, en mitad de la calle,
favoreciendo a los semáforos
que nos guiñan sus seductores
ojos, reduciéndonos al rebaño.
Sospecho haberme ido gravemente
por la tangente, Sin
embargo no intentaré retornar
a la esencia de la idea original,
hablándoles de “TERMINATOR”,
de la conveniencia de
no pisar una planta o matar un
mosquito en el caso que viajen
al pasado, de evitar que los padres
de x se conozcan, de aconsejar
ir al futuro y tomar nota
del número exacto que saldrá
en la quiniela, etc.…
Solo me tomaré el atrevimiento,
para ir finalizando, de
aconsejar, desde mi humilde
opinión y experiencia personal,
la forma que me ha resultado
más grata de viajar a través
del tiempo.
Sumergirse en los cuentos
del señor Ray Bradbury, el gran
poeta de ILLINOIS, y simplemente
darle vía libre a la imaginación,
para que haga el resto
del trabajo.
Si bien tanto en sus afamadas
“CRONICAS MARCIANAS”,
como así también en
“FAHRENHEIT 451”, entre
otras obras.
El juego argumental con los
conceptos de espacio – tiempo,
son constantes, el significado y
mensaje de su maravillosa narrativa,
nada tiene que ver con
las imágenes fantásticas que
en cada página nos va dibujando
en la mente y va tornando la
lectura apasionada y atrapante.
La ficción es tomada como
un instrumento destinado
al servicio de algo mucho más
grande y más noble, que el solo
ejercicio imaginativo.
Se plantean allí en sus páginas,
para quienes asumen
el trabajo de leer entre líneas,
los interrogantes existenciales
más profundos, que nos encarcelan
constantemente en telarañas
de exquisitas y conmovedoras
dudas.
La muerte, la soledad, el
desamor, el valor de la amistad,
el amor casi físico por un libro,
la ingenuidad de los sabios.
Esto es realmente viajar
por el tiempo, sin necesidad de
construir una máquina, ya que
cuando el espíritu, el intelecto,
el corazón y el razonamiento
trazan un acuerdo para ponerse
en funcionamiento simultáneamente,
nos sentimos eternos,
desafiando todas las leyes lógicas
conocidas y existentes. l
(*) Es reconocido en el ambiente
artístico como músico guitarrista y
armonicista. En 2013 escribió su primer
libro, titulado “Biografía de un sueño
fragmentado”, plasmando en dicho
trabajo una producción de poesía y
textos en prosa valiosísima para la literatura
de la provincia.