Juan, el Bautista Juan, el Bautista
que va a exhortar al pueblo de Israel
a preparar el camino del Señor y la venida
del Salvador.
Juan el Bautista fue un hombre extraordinario
porque vivía buscando agradar a
Dios más que a la gente. Como cristianos
hay algunas lecciones que podemos necesitar
aprender de él, no solamente de devoción.
él siempre buscaba cumplir la voluntad
de Dios y sobre todo predicar como él decía:
“Ustedes mismos son testigos de que
dije: ‘Yo no soy el Cristo, sino que he sido
enviado delante de él’”.
Entonces, está para mostrarnos cuál es
el camino que debemos tomar. El camino
que Juan el Bautista muestra es el de la humildad
y de esa manera al considerar a Jesucristo
nuestro Salvador, nosotros somos
servidores. Sólo Jesús puede salvar y merece
la gloria, no nosotros.
Estamos llamados a guiar a las personas
a Jesús, no hacia nosotros mismos, como
lo ha hecho Juan el Bautista. Nosotros
debemos vivir con gozo. Juan el Bautista
ha mostrado el camino, lo que debemos
hacer, saber que estamos cumpliendo la
voluntad de Dios, y llegar a predicar la verdad
completa, porque Jesús es la verdad.
Juan el Bautista dice: “Al ver él que muchos
de los fariseos y de los saduceos venían
a su bautismo, les decía: ¡Generación
de víboras! ¿Quién les enseñó a huir de la
ira venidera?”. “Produzcan frutos dignos
y arrepentimientos y no crean que puedan
decir ‘Tenemos a Abraham de padre’”. ésa
es la verdad y llegar a ella es arrepentirnos,
quitar todo lo que pueda hacer obstáculo a
la venida de Jesús en nuestras casas.
Juan el Bautista predicó el Evangelio
completo, sin censura. Entonces es necesario
que nosotros hagamos lo mismo para
que las personas, por obra del Espíritu
Santo, vean la necesidad que tienen de un
Salvador.
Las personas necesitan la verdad y no
alguien que luzca como tal; hay que llegar
a anunciar la verdad por el bien de todos.
Debemos recordar que nosotros seguimos
a Cristo, que es la única verdad; muchas
veces con nuestras devociones no llegamos
a una conversión sincera.
“Fueron a Juan y le dijeron: Rabí, mira,
el que estaba contigo al otro lado del Jordán,
de quien diste testimonio, está bautizando
y todos van a él. Y Juan les respondió:
Nadie puede tener nada si Dios no se
lo da”. (Jn 3 26, 27)
Lo que hacemos por Dios, en realidad
es un regalo de él para nosotros; lo hacemos
en nombre de Dios y debemos hacerlo
para él, no para nosotros mismos. Esto
debe impulsarnos a dejar de compararnos
con otras personas, él debe llenar nuestros
corazones de humildad; porque un cristiano
orgulloso no tiene nada de Cristo.
Hay que imitar la humildad, sinceridad
y verdad de Juan el Bautista, es el camino
que debemos tomar en este tiempo de Adviento,
para que nuestra vida cristiana refleje
nuestra imagen de Jesús verdad, camino
y vida.
Que este domingo sea para reflexionar
sobre nuestro compromiso como cristianos.
Debemos convertirnos con la gracia
de Dios, cambiar muchas cosas en nuestras
vidas para dar testimonios. Que nuestra
Madre nos ayude en este tiempo para
que podamos imitar a su Hijo y dar testimonio
de él en todo lugar. Amén.l