El primer año de la gestión nacional de Cambiemos

P ara un adecuado balance del primer ano de la nueva administracion nacional resulta conveniente la presentacion de un estado de situacion que, en su oportunidad, el gobierno estimo que no aportaria a las necesarias expectativas positivas iniciales. Desde la grave crisis de los anos 2001/02 hasta fines del ano 2015 nuestro pais experimento, entre otras transformaciones, un cambio estructural. Su gasto publico agregado (Nacion, provincias y municipios) crecio desde alrededor del 30% al 45% del PIB. Ello fue posibilitado tanto por un contexto internacional de extraordinarios precios de nuestros productos exportables, gravados con altas retenciones, como por otros multiples impuestos internos, incluyendo en ellos a una creciente inflacion, siempre tolerada por nuestra sociedad, junto al penoso impuesto de la corrupcion, durante los ciclos economicos de bonanza. Pero ese extraordinario crecimiento de los ingresos publicos no opero para que se produzcan mas y mejores bienes y servicios publicos (energia, caminos, agua potable y saneamiento, comunicaciones, etc.) sino que fue utilizado casi exclusivamente para generar clientelas politicas, penosamente ¡§estacionadas¡¨ en situaciones de dependencia y pobreza, siempre ocultadas de las estadisticas oficiales. Ademas, se consumieron los stocks previamente acumulados de energia, de carne vacuna, etc. Las llamadas ¡§tasas chinas¡¨ del crecimiento puntual de nuestra economia, insostenibles en el mediano plazo, como quedo demostrado con la declinacion y el estancamiento del periodo de los anos 2011/15, posibilitaron una composicion de la demanda agregada de 80% de consumo, solo el 17% de inversion y un infimo 3% de aporte del comercio exterior, que clausuraba toda posibilidad de desarrollo futuro. Para crecer es necesario invertir, cuanto menos, el 24% del PIB, lo prueban los paises, tanto con gobiernos socialistas como capitalistas, que se han desarrollado de una manera sustentable. En nuestro pais, como consecuencia del referido despilfarro, surgio la ya muy conocida y recurrente situacion resultante de la combinacion de crispacion politica, alta inflacion y economia cerrada, solo que esta vez la crisis no llego a estallar, lo que disminuyo sensiblemente la predisposicion al cambio de una sociedad. Pese a ello, la coalicion politica de Cambiemos le gano, en un apretado balotaje, a la sucesion oficialista. Se asumio entonces con todos los desequilibrios macroeconomicos simultaneos que un pais puede tener desempleo, elevada pobreza, grave deficit fiscal, deficit comercial, alta y creciente inflacion, etc. Con minorias en ambas camaras parlamentarias, pues los diputados y los senadores se obtuvieron antes del balotaje, se recupero la tarea del congreso nacional, antes una mera ¡§escribania¡¨ del Poder Ejecutivo, y se trabajo en el debate y la busqueda de consensos basicos, lograndose la sancion de alrededor de 100 leyes. Desde el Poder Ejecutivo se comenzo por el principio: un rapido y muy eficaz arreglo con los acreedores externos, los llamados ¡§hold outs¡¨, que nos permitio homologarnos al mundo y que este le ofrezca nuevamente la integracion politica y el credito economico a nuestro pais, mas de 70.000 millones de dolares, de los cuales, muy responsablemente, solo se tomo 16.000 millones de dolares al 7% anual para cubrir las necesidades financieras heredadas para los anos 2016 y parte del 2017. Ademas, se efectuo una ordenada salida de los llamados ¡§cepos¡¨ cambiario, comercial y financiero, sincerando el tipo de cambio sin los catastroficos resultados que se vaticinaban. Si bien ambas medidas no resultaron suficientes para capitalizar el pais, al menos en el corto plazo, pero sientan las bases firmes para el desarrollo en el mediano plazo, pese a un contexto internacional mucho menos favorable por la crisis de Brasil y la ralentizacion de la economia de China. Pero, los ¡§humores¡¨ de los inversores, locales y externos, estan ahora reclamando la aprobacion de la prueba politica de las elecciones parlamentarias del proximo ano. Para superar asi, por primera vez, lo que no pudieron las administraciones de Frondizi, Illia, Alfonsin y De la Rua: llegar al final de sus mandatos democraticos, ante las historicas rigideces internas corporativas, politicas y gremiales. El blanqueo de los capitales y de los bienes no declarados, en el pais y en el exterior, fue justamente convocado para que el imprescindible incremento de la inversion, que genera el empleo productivo, formal y sustentable, no resulte en detrimento del consumo interno, sino que se sustente tambien, con equidad, en el ahorro argentino ya efectuado anteriormente. Ello y una sana administracion publica, promete dar nuevas soluciones, a las ya dadas como la ampliacion de la asignacion universal por hijos, los diversos programas sociales que se incrementaron y la reparacion historica a los siempre postergados jubilados. Junto a una necesaria recomposicion etica y moral de la administracion de las cuentas publicas, que habia descendido a muy penosos limites de decadencia. Solo en esa direccion, con mas aciertos que errores, sera posible la recuperacion de nuestro pais. ƒÜ