Buscan al "cerebro" que pergeñó la "venta" del bebito de Pellegrini

La Justicia fijó 15 días de detención para el distribuidor y la "intermediaria" en la frustrada transacción de un bebé, mientras intenta sacar del anonimato al cerebro que ensambló la necesidad de la parturienta, con la del matrimonio carente de un hijo.

El primer capítulo de la historia se precipitó en la antevíspera en Nueva Esperanza, Pellegrini. A casi 300 kilómetros de la "Madre de Ciudades" y más de 1.200 de Buenos Aires, apareció de la nada Claudio Mendoza, oriundo de Merlo, esposo de una mujer que no podría tener hijos.

Por motivos ignorados, también irrumpió en escena Belinda Bracamonte, vecina de Nueva Esperanza, cercana a una adolescente, de 18 años, próxima a dar a luz al primer bebé.

Nadie supo explicar en forma convincente por qué ambos se presentaron en el hospital, horas después que la jovencita trajera al mundo a un hermoso varón de más de 2,700 kilogramos.

Alguien alertó a la policía y a la fiscal Aída Farrán Serlé. De la Capital partió una orden de detención, ante sospechas de que se intentaba llevar al niño.

En efecto, fueron aprehendidos Mendoza y Bracamonte, acusados de los supuestos delitos de "supresión y suposición del estado civil de la identidad".

Ante la simple interpretación, la Justicia intuye que se procuró separar al bebe de la madre; reemplazarle su origen e inscribirlo con el apellido Mendoza.

En audiencia, en la víspera la jueza de Control y Garantías, María Pía Danielsen, convirtió en detención la aprehensión. También, subrayó que representa un caso complejo.

Más allá de las múltiples medidas, urge profundizar y establecer quién fue el cerebro: éste contactó a Mendoza, vía Bracamonte, seguro de que la menor quería deshacerse del bebé.