Ofició su última misa en Añatuya el padre Hernán González Cazón

AÑATUYA, General Taboada (C) El presbítero Hernán González Cazón ofreció una misa de acción de gracias en la iglesia Catedral, la última como párroco en la diócesis de AÑatuya.

El religioso permaneció por más de 30 aÑos ocupando distintos cargos en el obispado local. Fue párroco en la San José y en la Catedral, también fue vicario general y dos veces administrador diocesano cuando la diócesis quedó sin obispo.

El nuevo destino será Capilla del SeÑor, en la provincia de Buenos Aires. Allí asumirá el acompaÑamiento permanente del movimiento en el cual viene trabajado hace aÑos. "El obispo me autorizó para dedicarme en tiempo completo al movimiento Cristifideles Laici. No me haré cargo de ninguna parroquia pues quiero dedicarme de lleno al movimiento", explicó.

AÑadió: "Prestaré servicios en Argentina y EspaÑa, por lo que estaré mucho tiempo fuera del país. De la diócesis no me iré del todo, pues seguiré como canciller, trabajaré en los casos de nulidad matrimonial, y vendré además a atender a las comunidades de Bandera y AÑatuya donde está integrado el movimiento".

El sacerdote recordó sus aÑos de trabajo pastoral en esta ciudad. Indicó que se lleva el mejor recuerdo de la comunidad, "yo tomé contacto con esta diócesis en el aÑo 1978. En el 85 fui ordenado sacerdote y toda mi vida pastoral la desarrollé aquí. Desde el punto de vista humano me llevo un gran cariÑo. Mucha gente de aquí fue mi familia, así que es un desarraigo muy grande y fuerte. El santiagueÑo es de querer mucho" ahondó.

"Yo tengo la gracia de haber sido ordenado sacerdote por monseÑor Gottau, una persona a la que considero santo; me dio un ejemplo extraordinario al igual que otros sacerdotes y laicos que han marcado una huella muy grande en mi persona" enfatizó.

"Los sacerdotes somos limitados y a veces tenemos proyectos que no se pueden concretar plenamente, pero tengo la certeza de que quienes continúan con la misión pastoral lo van a cumplir, porque los sacerdotes pasamos, con defectos y pecados, y a veces no le respondemos a Dios como él quiere, pero la Iglesia es una tarea conjunta, en común, y no va a terminar nunca" reflexionó.