Dolar Oficial: - Dolar Blue:- Dolar CCL:- Dolar Bolsa: - Dolar Mayorista: -

EL LIBERAL . El Evangelio

Evangelio según San Lucas 1,39-45.

20/12/2016 21:49 El Evangelio
Escuchar:

Evangelio según San Lucas 1,39-45. Evangelio según San Lucas 1,39-45.

María partió y fue sin demora

a un pueblo de la montaña

de Judá.

Entró en la casa de Zacarías

y saludó a Isabel.

Apenas ésta oyó el saludo

de María, el niño saltó de alegría

en su seno, e Isabel, llena

del Espíritu Santo, exclamó:

“¡Tú eres bendita entre todas

las mujeres y bendito es el

fruto de tu vientre!

¿Quién soy yo, para que la

madre de mi Señor venga a visitarme?

Apenas oí tu saludo, el niño

saltó de alegría en mi seno.

Feliz de ti por haber creído

que se cumplirá lo que te fue

anunciado de parte del Señor”.

Comentario

Te amo cuando proclamas

que eres la sierva del Señor,

del Señor a quien tú con tu humildad

cautivas. (Lc 1,38) Esta

es la gran virtud que te hace

omnipotente y a tu corazón

lleva la Santa Trinidad.

Entonces el Espíritu, Espíritu

de amor, te cubre con

su sombra, (Lc 1,35) y el Hijo,

igual al Padre, se encarna

en ti...

¡Muchos habrán de ser

sus hermanos pecadores para

que se le llame: Jesús, tu primogénito!

(Lc 2,7).

María, tú lo sabes: como

tú, no obstante ser pequeña,

poseo y tengo en mí al todopoderoso.

Mas no me asuste mi gran

debilidad, pues todos los tesoros

de la madre son también

de la hija, y yo soy hija tuya,

Madre mía querida.

¿Acaso no son mías tus

virtudes y tu amor también

mío?

Así, cuando la pura y blanca

Hostia baja a mi corazón, tu

Cordero, Jesús, sueña estar

reposando en ti misma, María.

Tú me haces comprender,

que no me es imposible caminar

tras tus huellas, ¡oh Reina

de los santos!

Nos hiciste visible el estrecho

camino que va al cielo con

la constante práctica de virtudes

humildes.

Imitándote a ti, permanecer

pequeña es mi deseo, veo

cuán vanas son las riquezas

terrenas.

Al verte ir presurosa a tu

prima Isabel, de ti aprendo,

María, a practicar la caridad

ardiente.

En casa de Isabel escucho,

de rodillas, el cántico sagrado,

¡oh Reina de los ángeles!,

que de tu corazón brota

exaltado (Lc 1,46s) Me enseñas

a cantar los loores divinos,

a gloriarme en Jesús, mi

Salvador.

Tus palabras de amor son

las místicas rosas que envolverán

en su perfume vivo a los

siglos futuros.

En ti el Omnipotente obró

sus maravi l las , yo quiero

meditarlas y bendecir a

Dios..?

Lo que debes saber
Lo más leído hoy