Evangelio según San Lucas 1,39-45. Evangelio según San Lucas 1,39-45.
a un pueblo de la montaña
de Judá.
Entró en la casa de Zacarías
y saludó a Isabel.
Apenas ésta oyó el saludo
de María, el niño saltó de alegría
en su seno, e Isabel, llena
del Espíritu Santo, exclamó:
“¡Tú eres bendita entre todas
las mujeres y bendito es el
fruto de tu vientre!
¿Quién soy yo, para que la
madre de mi Señor venga a visitarme?
Apenas oí tu saludo, el niño
saltó de alegría en mi seno.
Feliz de ti por haber creído
que se cumplirá lo que te fue
anunciado de parte del Señor”.
Comentario
Te amo cuando proclamas
que eres la sierva del Señor,
del Señor a quien tú con tu humildad
cautivas. (Lc 1,38) Esta
es la gran virtud que te hace
omnipotente y a tu corazón
lleva la Santa Trinidad.
Entonces el Espíritu, Espíritu
de amor, te cubre con
su sombra, (Lc 1,35) y el Hijo,
igual al Padre, se encarna
en ti...
¡Muchos habrán de ser
sus hermanos pecadores para
que se le llame: Jesús, tu primogénito!
(Lc 2,7).
María, tú lo sabes: como
tú, no obstante ser pequeña,
poseo y tengo en mí al todopoderoso.
Mas no me asuste mi gran
debilidad, pues todos los tesoros
de la madre son también
de la hija, y yo soy hija tuya,
Madre mía querida.
¿Acaso no son mías tus
virtudes y tu amor también
mío?
Así, cuando la pura y blanca
Hostia baja a mi corazón, tu
Cordero, Jesús, sueña estar
reposando en ti misma, María.
Tú me haces comprender,
que no me es imposible caminar
tras tus huellas, ¡oh Reina
de los santos!
Nos hiciste visible el estrecho
camino que va al cielo con
la constante práctica de virtudes
humildes.
Imitándote a ti, permanecer
pequeña es mi deseo, veo
cuán vanas son las riquezas
terrenas.
Al verte ir presurosa a tu
prima Isabel, de ti aprendo,
María, a practicar la caridad
ardiente.
En casa de Isabel escucho,
de rodillas, el cántico sagrado,
¡oh Reina de los ángeles!,
que de tu corazón brota
exaltado (Lc 1,46s) Me enseñas
a cantar los loores divinos,
a gloriarme en Jesús, mi
Salvador.
Tus palabras de amor son
las místicas rosas que envolverán
en su perfume vivo a los
siglos futuros.
En ti el Omnipotente obró
sus maravi l las , yo quiero
meditarlas y bendecir a
Dios..?