Evangelio según San Mateo 10,17-22. Evangelio según San Mateo 10,17-22.
“Cuídense de los hombres,
porque los entregarán
a los tribunales y los azotarán
en las sinagogas.
A causa de mí, serán llevados
ante gobernadores y
reyes, para dar testimonio
delante de ellos y de los paganos.
Cuando los entreguen,
no se preocupen de cómo van
a hablar o qué van a decir: lo
que deban decir se les dará
a conocer en ese momento,
porque no serán ustedes los
que hablarán, sino que el Espíritu
de su Padre hablará en
ustedes.
El hermano entregará a su
hermano para que sea condenado
a muerte, y el padre
a su hijo; los hijos se rebelarán
contra sus padres y los
harán morir.
Ustedes serán odiados
por todos a causa de mi Nombre,
pero aquel que persevere
hasta el fin se salvará”.
Comentario
La misma caridad que hizo
bajar a Cristo del cielo a
la tierra, ha levantado a Esteban
de la tierra al cielo. El
amor, que precedió en el Rey,
ha brillado a continuación en
el soldado...
Allí donde precedió Esteban,
martirizado por las piedras
de Pablo, lo ha seguido
éste, ayudado por las oraciones
de Esteban. ¡Oh vida verdadera,
hermanos míos, en la
que Pablo no queda confundido
de la muerte de Esteban,
en la que Esteban se alegra
de la compañía de Pablo,
porque ambos participan de
la misma caridad! El amor en
Esteban triunfó de la crueldad
de los judíos, y en Pablo
“la caridad cubrió la multitud
de sus pecados” (1P 4,8).
En ambos fue el amor respectivo
el que los hizo dignos
de poseer el Reino de los cielos.
El amor es la fuente y el
origen de todos los bienes,
egregia protección, camino
que conduce al cielo. El
que camina en la caridad no
puede temer ni errar. Ella dirige,
protege, encamina. Por
ello, hermanos, ya que Cristo
construyó una escalera de
caridad por la que todo cristiano
puede ascender al cielo,
guardad fielmente la pura
caridad, ejercitadla mutuamente
unos con otros y, progresando
en ella, alcanzad la
perfección.