Crea tu tienda online sin invertir un peso en productos Crea tu tienda online sin invertir un peso en productos
A grandes rasgos, el
dropshipping es un modelo
que permite a una tienda
online vender productos sin
necesidad de tener almacén
ni stock, ya que el proveedor
–el dropshipper– se
encarga de enviárselos a los
clientes.
A simple vista, puede parecer
la panacea para todo
aquel que, con pocos recursos,
quiere vender por Internet,
pero no es tan sencillo
como parece.
“Muchos
emprendedores piensan
erróneamente que gracias
al dropshipping van a tener
una tienda por muy poco dinero,
se reclinarán en su silla,
apoyarán los pies en la
mesa y su cuenta corriente
crecerá sin esfuerzos”,
señala Pepe Isábal, fundador
de e-Tecnia Soluciones
(www.e-tecnia.es).
Ventajas de trabajar
con ‘dropshipping’
Tal vez, la más importante
es el ahorro de costes,
porque al no tener los
productos de tu tienda en
tus instalaciones, sino que
los tiene tu dropshipper, te
ahorras los costes derivados
de almacenaje y gestión.
Otra es que no tienes que
preocuparte de todas las tareas
relacionadas con preparar
y enviar los productos
a tus clientes, porque de eso
se encarga también tu dropshipper.
Además, te permite
contar con un amplio catálogo
de referencias y productos
que de otra forma te
sería imposible ofrecer a tus
clientes. Y el transporte de
los productos hasta el domicilio
de tus clientes, del que
también se ocupa tu dropshipper.
“Somos mayoristas que
facilitamos las ventas a
nuestros distribuidores (las
tiendas online) sin necesidad
de que inviertan un solo
euro en stock, ni en la tediosa
tarea de preparación
de pedidos. Nos encargamos
de la gestión logística
y del envío de los pedidos a
los clientes finales. Sin olvidar
que quien factura y hace
la venta es el distribuidor
y, por tanto, la tienda
habrá ganado su margen
de beneficio”, explica Salvador
Esteve, cofundador del
marketplace B2B BigBuy
(www.bigbuy.eu), quien subraya
que “las ventajas para
un emprendedor son todas.
Sólo tiene que centrarse
en promocionar su tienda
y vender”.
Desventajas
Esteve subraya que la
única desventaja que le ve
a este sistema de gestión
“es la falta de experiencia
del emprendedor. Tenemos
distribuidores que el primer
día son capaces de generar
negocio y otros que pasan
los meses y les cuesta más.
Todo depende de los conocimientos
que el emprendedor
tenga sobre ecommerce
y marketing online”.
“Lo primero en lo que insistimos
a todo aquel que
viene –asegura Gema Amaya,
directora comercial de
Design Shop Illusion (www.
ilusionamos.com), proveedor
tecnológico y dropshipper–
es en que el ecommerce
no es el negocio milagro.
Concienciamos muy
bien a nuestros potenciales
clientes de que antes de
que tomen una decisión sepan
en qué consiste este sistema.
Deben saber que para
atraer clientes y vender tienen
que hacer ruido (SEO,
redes sociales, etc.). Es como
cualquier otro tipo de
negocio en el que hay que
invertir tiempo y mimarlo
mucho, sabiendo qué quieres
vender y hasta dónde
quieres llegar”.
Esa falta de experiencia
del emprendedor sobre
cómo debe funcionar un
ecommerce genera una falta
de diferenciación en el
mercado frente a otras miles
de tiendas online que
operan en el mismo sector.
Como el dropshipper le entrega
a sus clientes –entre
ellos, tu tienda online– el
mismo catálogo de productos,
con las mismas descripciones
y las mismas fotos,
peligra el posicionamiento
de tu tienda en las búsquedas
de Google –que penaliza
el contenido duplicado–.
“Imagina que tu dropshipper
–apunta Javier Echaleku,
fundador de Kuombo
(www.kuombo.com)–
cuenta con la tecnología suficiente
para automatizar
todo el proceso. Tendrás el
mismo contenido que tus
competidores que le compran
al mismo proveedor –
tu dropshipper–. Y eso Google
lo penaliza. La conclusión
sería que no te interesa
que tu dropshipper te facilite
toda esa información y tú
puedas tener autonomía suficiente
para poder personalizar
las descripciones y
las imágenes de los productos
de tu catálogo. Pero aquí
se genera otro problema de
gestión del tiempo. Imagina
que metes en tu tienda online
3.000 productos a la semana
(con sus descripciones
y sus fotos correspondientes).
Para eso, necesitarías
varias personas trabajando
full time. La reflexión
es: ‘Igual me interesa invertir
en producto propio, con
el que ganaré más margen’.
Y ahí también te enfrentarás
al riesgo de no venderlos
y comértelos en el stock.
La disyuntiva es que si automatizas,
tendrás el mismo
contenido que los demás y
posiblemente sea malo. Y si
no automatizas, probablemente
tendrás un problema
en gestionar recursos que
van a ser muy caros”.
Otro problema es que
el dropshipper no funcione
realmente como dropshipper
y sólo sea un mero
almacenista o distribuidor
a su vez de otros proveedores.
“En ese caso, tendrás
un problema importante en
la gestión de la información
de producto que tienes en
tu tienda. Si tu ecommerce
no está conectado en tiempo
real con lo que tu dropshipper
tiene en su almacén,
no sabrás si un producto
que te ha pedido un cliente
lo tiene en stock tu dropshipper.
Imagina que cada
vez que recibes un pedido
de un cliente, contactas con
tu dropshipper para saber si
lo tiene o no. Y si no lo tiene,
tendrás que llamar al cliente
para decirle que no se lo
puedes enviar e intentar hacer
otra venta o la devolución
del importe.
Y cuando
haces el flujo de procesos,
compruebas que es bastante
engorroso. Y todo eso te
generará una carga de trabajo
que no habías previsto”,
sostiene Echaleku.
Otro problema es cuando
intentas vender productos
de varios proveedores
diferentes. “Imagina –añade
este experto– que quieres
tener cinco proveedores
de dropshipping, porque
quieres vender productos
de diferentes mercados
y sectores. Tendrías el mismo
problema que antes,
pero multiplicado por cinco.
Y otro problema añadido
es que cuando un cliente
te pida dos o tres artículos
de diferentes proveedores
no tendrás la posibilidad
de agruparlos para que
le llegue de golpe. Es muy
probable que el cliente esté
pagando más portes de los
debidos (uno por proveedor
en lugar de uno por envío),
a no ser que pongas los
portes gratis y seas tu quien
se ‘coma’ esos costes. En ese
caso, perderás dinero cuando
te hagan pedidos de diferentes
proveedores, porque
estarás pagando varias
veces la logística. Y al cliente
final le causarás trastornos,
porque le llegarán pedidos
diferentes con transportes
diferentes y en horarios
diferentes. Eso no ocurre
cuando trabajas con un
dropshipper que tiene los
productos en su almacén y
centraliza la gestión de esos
pedidos. El problema está
cuando ese mal definido
dropshipper no cuenta con
los productos en su almacén
y tiene que gestionar tus pedidos
con otros proveedores.
La cadena se complica”.
Otras cuestiones que debes
valorar: ¿Con qué márgenes
comerciales trabajarás?
¿Podrás cambiar el
precio de los productos? ¿Y
hacer ofertas personalizadas?
¿Y la gestión de las incidencias
y de las devoluciones
así como el coste de la
logística inversa? ¿Podrás
ofrecer la opción de compra
contra reembolso? ¿Tu
dropshipper te exigirá un
pedido mínimo? ¿Te penalizará
por no cumplirlo?
¿Cuáles serán los plazos de
envío y el sobrecoste cuando
los productos procedan
del extranjero? ¿Podrás
personalizar el packaging?
¿Te asegurará tu dropshipper
que no incluirá en tus
paquetes publicidad suya?
¿Podrás mejorar las condiciones
contractuales con tu
dropshipper cuando crezcas
en volumen de ventas?…
Para qué sirve
el dropshipping
El dropshipping tiene
su corazoncito y es bueno
para validar un modelo
de negocio nuevo o ya
existente, ya que te permite
investigar mercado,
hacer prueba de nuevos
productos, calcular
márgenes, buscar nuevos
clientes…
“Te permitirá saber si
tus márgenes y tus ventas
son las que habías calculado,
sin hacer desembolso
inicial en producto.
Y si ya tienes una tienda y
quieres agregar una nueva
línea de producto, al
hacerlo por dropshipping
tendrás menos margen,
pero te permitirá validar
esa nueva categoría o el
tipo de cliente. Como herramienta
de validación
y de inicio es muy buena”,
afirma Juan Macías,
fundador de deMartina
(www.demartina.com).
“Lo ideal es un mix entre
productos en stock y
otros con dropshipping.
Los primeros serán los de
mayor rotación que negocias
mejor con los proveedores
y tienes más margen.
Y los segundos, los
que no te dan una venta
diaria, pero que es residual
e interesante para
que tus clientes los encuentren
en tu web”, afirma
este experto.
Una tienda con dropshipping
sin valor añadido
es muy complicado
que funcione. “La clave
está en diseñar estrategias
para conseguir tráfico
y ofrecer un valor añadido.
El dropshipping es
bueno para aquellos negocios
que ya tienen tráfico
y buscan monetizarlo.
Por ejemplo, un periódico,
un blog, la web de una
tienda física”, señala.
Conocer el mercado.
“El dropshipping, al igual
que la afiliación, está muy
bien para investigar mercado,
para hacer pruebas
de producto, para calcular
márgenes… Imagina
que tienes productos
en rotación en tu almacén,
a los que les ganas
el margen global, y luego
tienes productos que testeas
con un dropshipper.
Incluso, si un cliente te
pide un nuevo producto
que tienes con dropshipping,
lo mejor es que
el dropshipper te mande
a ti ese producto y luego
tu se lo mandes al cliente.
El objetivo, en ese caso,
es analizar si esos productos
de dropshipping
te conviene tenerlos en
tu almacén porque tienen
una rotación alta y les ganas
más margen”, explica
Javier Echaleku, fundador
de Kuombo (http://
kuombo.com).
“El dropshipping es
viable si crees en tu producto
y trabajas con fuerz
a en e xpe r i enc i a de
usuario. ¿Que te ofrece
una fácil integración de
contenidos y de pedidos?
Perfecto. ¿Que el dropshipper
te envía el producto
y…? Genial, pero
ser la tienda número 100
te garantiza la muerte. Si
tienes todas esas ventajas,
analiza cómo ser mejor
que tus competidores:
por precio, servicio, tecnología…”,
subraya Pepe
Isábal, fundador de e-
Tecnia (www.e-tecnia.
es).s”.