Festividad del Bautismo del Señor 8 de enero del 2017 Festividad del Bautismo del Señor 8 de enero del 2017
Jesús llega de Galilea,
desde Nazaret, a las
orillas del Jordán. Mateo
señala su intención
de hacerse bautizar y
prepara así el diálogo
con el Bautista. Juan intenta
impedirlo: el no
puede bautizar al más
fuerte, al portador del
Espíritu y al que bautizará
con fuego.
Jesús responde a la
objeción del Bautista:
“Déjame ahora, pues
conviene que así cumplamos
toda justicia”.
¿De qué se trata esta
justicia? Del cumplimiento
de la voluntad
de Dios. El bautismo
realizado por Juan
es un signo del cumplimiento
de esa voluntad.
Jesús cumple a la perfección
el designio del
Padre que quiere que su
Hijo se haga solidario,
en el bautismo, del pecado
de su pueblo.
La voz del cielo se redirige
al Bautista y al
pueblo, que representa a
la comunidad cristiana.
Para Mateo, Jesús es el
Hijo obediente y sumiso
a la voluntad de Dios.
Esta idea estará remarcada
luego, en el pasaje
de las tentaciones.
Jesús es el obediente
y humilde. Justamente
a esta obediencia de Jesús
responde Dios con
su proclamación: “este
es mi Hijo amado”.
La
singularidad de Jesús
consiste en su obediencia
al Padre. La filiación
aparece como coronación
a la conducta fiel
de Jesús. Por eso, es un
ejemplo para los creyentes:
los que son obedientes
a la voluntad de Dios
gozan de su promesa, es
decir, ser “llamados hijos
de Dios”.
El camino de Cristo
es, en el evangelio de
Mateo, el camino práctico
que lleva a la perfección.
Este camino sigue
las exigencias de una
justicia superior. En este
camino precede Jesús
a sus discípulos. El
inicia el evangelio como
obediente: él cumple toda
justicia, Dios le responde,
como responderá
a los discípulos que
cumplan la voluntad del
Padre.
Conclusión
El Ba u t i smo n o s
muestra a Jesús obediente
a la voluntad del
Padre. Esta idea que recorre
todo el evangelio
de Mateo nos revela un
Cristo humano que es
fiel a Dios en lo cotidiano
de la vida, y por eso
el Padre reconoce su filiación.
Esto no significa
que la fidelidad lo haga
Hijo, sino que el ser
fiel revela su filiación,
desprovista de poder y
revestido de humildad.
Desde aquí es posible
entender su solidaridad
con todo aquello que es
humano, aún el pecado
que rompe nuestra comunión
con Dios. Mateo
nos muestra un Jesús
humano que vive en
obediencia a la voluntad
del Padre. Por eso, es un
ejemplo para los cristianos.
También nosotros,
si somos obedientes a la
voluntad de Dios, el Padre
nos llamará “hijos”.
Los cristianos estamos
sumergidos en un
mundo donde compiten
distintos tipos de
poderes, que pretenden
manipularnos y anular
nuestra libertad y filial
obediencia a Dios.
Poderes
del orden civil, del
mundo de la política, de
la sociedad capitalista
y consumista que vivimos,
de la religión que
pretende dominar nuestra
conciencia y volvernos
infantiles, sin embargo,
sólo una voz debe
ser escuchada, la de
Dios, que habla en los
acontecimientos de la
vida y al corazón. Dios
siempre genera libertad,
nunca sumisión, porque
es Padre, y Padre de
Mateo 3, 13-17 amor.