Evangel io según San Marcos 3,13-19. Evangel io según San Marcos 3,13-19.
y llamó a su lado a los que
quiso. Ellos fueron hacia él, y
Jesús instituyó a doce para
que estuvieran con él, y para
enviarlos a predicar con
el poder de expulsar a los demonios.
Así instituyó a los Doce:
Simón, al que puso el sobrenombre
de Pedro;
Santiago, hijo de Zebedeo,
y Juan, hermano de Santiago,
a los que dio el nombre
de Boanerges, es decir, hijos
del trueno; luego, Andrés, Felipe,
Bartolomé, Mateo, Tomás,
Santiago, hijo de Alfeo,
Tadeo, Simón, el Cananeo, y
Judas Iscariote, el mismo que
lo entregó.
Comentario
“De noche busqué al amor
de mi alma”. (Ct 3,1) ¡Qué bien
tan grande buscar a Dios! Para
mí no hay bien mayor. El primer
don de Dios no se añade a
ninguna virtud, porque no hay
virtud anterior a este don de
buscar a Dios. ¿Qué virtud se
podría atribuir a aquel que no
busca a Dios, y qué límite poner
a la búsqueda de Dios?
‘Buscad siempre su rostro’ dice
el salmo (104,4) Yo creo que
incluso cuando se le haya encontrado
no cesaremos de
buscarlo.
No se busca a Dios corriendo
hacia alguna parte
sino deseándolo. Porque la
felicidad de haberlo encontrado
no apaga el deseo sino,
al contrario, lo agranda.
El colmo de la alegría...
es más bien como aceite sobre
el fuego, porque el deseo
es una llama. La alegría será
colmada (Jn 15,11) pero el deseo
no tendrá fin, y tampoco
la búsqueda...
Pero, que cada alma que
busca a Dios sepa que Dios
se le ha adelantado, que es
buscada por él antes que ella
se haya puesto en movimiento
para buscarle... A esto os
llama la bondad de aquel que
os precede y os busca y os
ha amado el primero. Pues,
si no hubieseis sido buscados
nunca os hubierais puesto
a buscarle. Si él no os hubiera
amado primero no lo
amaríais. El os pasó delante,
no por una gracia única sino
por dos gracias: por el amor
y por la búsqueda. El amor
es la causa de la búsqueda.
La búsqueda es el fruto del
amor y es también la prueba
del amor. A causa del amor
no teméis de ser buscados. Y
porque habéis sido buscados
no seréis amados en vano.
“La gracia cara es el tesoro
oculto en el campo por el que
el hombre vende todo lo que tiene;
es la perla preciosa por la
que el mercader entrega todos
sus bienes; es el reino de Cristo
por el que el hombre se arranca
el ojo que le escandaliza; es
la llamada de Jesucristo que hace
que el discípulo abandone
sus redes y le siga. La gracia cara
es el Evangelio que siempre
hemos de buscar, son los dones
que hemos de pedir, es la
puerta a la que se llama. Es cara
porque llama al seguimiento,
es gracia porque llama al seguimiento
de Jesucristo; es cara
porque le cuesta al hombre
la vida, es gracia porque le regala
la vida (...) La gracia es cara
porque obliga al hombre a someterse
al yugo del seguimiento
de Jesucristo, pero es una gracia
el que Jesús diga: Mi yugo
es suave y mi carga ligera”. (D.
Bonhöeffer). ?