Apostarán a la recuperación y preservación de embalses, bañados y lagunas de la cuenca

Entre otras medidas que procura lograr el Gobierno de la Nación hacia la cuenca Salí Dulce, es lograr el manejo sostenible e integrado de los recursos hídricos de la región, que incluya un programa de inversiones y una propuesta de gestión para el corto, mediano y largo plazo.

Un proyecto ambicioso es la puesta en marcha de un Programa de recuperación y preservación de embalses, bañados y lagunas.

En este marco, el estudio elaborado por la Nación, indica que "existen seis embalses artificiales en la cuenca creados para controlar crecidas, almacenar agua para consumo humano y riego, para generación de energía (El Cadillal, Escaba, El Mollar, Sumampa, Alijilan y Río Hondo). Los embalses más afectados por la colmatación son el de Río Hondo y El Cadillal", indica, al reconocer que en gran medida, "todos han visto reducida su capacidad de almacenamiento".

En lo que refiere al control de procesos de contaminación, explica que "una gran parte de las industrias y los efluentes cloacales de localidades de la cuenca vierten sus descargas al río Salí Dulce o sus tributarios sin tratamiento suficiente. Las industrias por su parte, vierten efluentes con una gran carga de materia orgánica sin posibilidades de autodepuración, manteniéndose una situación de falta de oxígeno que ha generado la muerte de la flora y fauna acuática. Al embalse de Río Hondo entran aguas con altas cargas contaminantes de basura sólida, alta salinidad y fuerte carga de nutrientes tales como fósforo, nitrógeno y materia orgánica sin descomponer y con escaso oxígeno disuelto. El exceso de nutrientes crea condiciones favorables para el crecimiento masivo de algas; luego por carencia de oxígeno, se produce una gran mortandad de peces", ejemplifica, entre los daños que se produjeron años atrás.