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EL LIBERAL . El Evangelio

Evangelio según San Marcos 4,35-41.

27/01/2017 23:36 El Evangelio
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Evangelio según San Marcos 4,35-41. Evangelio según San Marcos 4,35-41.

Al atardecer de ese mismo

día, les dijo: ‘Crucemos

a la otra orilla’.

Ellos, dejando a la multitud,

lo llevaron a la barca,

así como estaba. Había

otras barcas junto a la

suya.

Entonces se desató un

fuerte vendaval, y las olas

entraban en la barca, que

se iba llenando de agua.

Jesús estaba en la popa,

durmiendo sobre el cabezal.

Lo despertaron y le dij

e ron : ‘ ¡Ma e s t ro! ¿No t e

impor ta que nos ahoguemos?’.

Desper tándose, él

increpó al viento y dijo al

mar: ‘¡Silencio! ¡Cállate!’. El

viento se aplacó y sobrevino

una gran calma.

Después les dijo: ‘¿Por

qué tienen miedo? ¿Cómo

no tienen fe?’.

Entonces quedaron atemorizados

y se decían unos

a otros: ‘¿Quién es este,

que hasta el viento y el mar

le obedecen?’.

Comentario

‘Jesús subió a una barca’

Después que alguien

sube a la barca de la peni

tencia, el mar se al tera.

El mar es nuestro corazón.

‘El corazón del hombre

es complicado y enfermo:

¿quién lo conocerá?’ dice

Jeremías; ‘más potente que

el oleaje del mar’ (Sl 92,4).

El orgullo le hincha, la ambición

le hace salir de sus

límites, la tristeza lo cubre

de nubes, los vanos pensamientos

lo turban, la lujuria

y la gula le hacen enfurecer.

Ahora bien, só -

lo los que suben a la barca

de la penitencia sienten este

movimiento del mar, esta

violencia del viento, esta

ag i tación de las olas .

Los que se quedan en tierra

no los perciben... el diablo,

desde que se siente despreciado

por la penitencia,

estalla en escándalos y levanta

la tempestad; y se

marcha ‘dando gritos y sacudiéndolo

violentamente’.

‘Entonces Jesús ordena

a los vientos y al mar’.

Dios dice a Job: ‘¿Quién ha

fijado los límites del mar?...

Soy yo quien le ha dicho:

Llegarás hasta aquí, y no

irás más lejos; aquí romperás

las olas tumultuosas’

(38,8-11 ) Tan sólo el Señor

puede fijar los límites

a la amargura de la persecución

y de la tentación...

Cuando él hace cesar l a

tentación, dice: Aquí romperás

las olas tumultuosas’.

La tentación, ante la

misericordia de Jesucristo,

cederá. Cuando el diablo

nos tienta debemos decir

con toda la devoción de

nuestra alma: ‘En el nombre

de Jesús de Nazaret, que

ha ordenado a los vientos y

al mar, te mando que te alejes

de mí’.

‘Y se hizo una gran bon

a n z a ’ Es lo qu e l e emos

en el libro de Tobías: ‘Lo

sé, Señor: el que te honra,

después de haber sido probado

en esta vida, será coronado;

si sufre la tentación,

será liberado; si tiene

que sufrir, encontrará la

misericordia porque tú no

quieres que nos perdamos.

Después de la tempestad,

nos dev u e l ve s l a c a lma ;

después de las lágrimas y

los llantos, nos inundas de

gozo’. l

Lo que debes saber
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