Procesan por un triple homicidio a un jefe de la banda Los Monos

Ezequiel Machuca, alias "Monchi" Cantero, uno de los jefes de la banda narco Los Monos, recibió otro revés judicial: fue procesado por tres homicidios perpetrados poco después del crimen de su hermano Claudio "Pájaro" Cantero, ocurrido en mayo del 2013. La jueza Alejandra Rodenas, a cargo de la causa contra este clan familiar, confió que con esta medida se "terminó un ciclo" en una investigación que ya lleva más de cuatro años.

El material probatorio recolectado a lo largo de todo este tiempo permitió determinar que Machuca, quien fue capturado el 6 de junio del año pasado en Buenos Aires tras permanecer cuatro años prófugo, lideraba la organización junto a sus dos hermanos de crianza, Ariel "Guille" Cantero, detenido y ya procesado, y Claudio "El Pájaro" Cantero, acribillado en medio de la guerra narco que se desató en la ciudad a mediados del 2012.

Se pudo corroborar que la organización delictiva llegó a tener 50 miembros, más de la mitad policías, lo que permitió inferir que Los Monos actuaron siempre con "complicidad policial. Una parte de la policía de Santa Fe colaboró con este grupo, aunque tiene que quedar claro que fue sola una parte y no toda la fuerza. Por suerte, pudimos individualizarlos con nombre y apellidos, dijo Rodenas.

Un mes más tarde, volvió a procesar a Machuca por el crimen de una adolescente de 14 años, baleada en medio de un feroz tiroteo contra un búnker de drogas. Ahora, Rodenas le adjudicó a Machuca y Salomón tres homicidios cometidos para vengar la muerte de Claudio "El Pájaro" Cantero. Al primero le endilgó la figura de "homicidio agravado por el uso de arma de fuego" y al segundo, la de encubridor.

Víctimas

Se trata de los crímenes de Nahuel César, Norma César y Marcelo Alomar perpetrados el 28 de mayo de 2013. Los Monos buscaban en realidad a Milton César sindicado autor del tiroteo frente al boliche donde asesinaron al "Pájaro", pero se confundieron y balearon una camioneta en la que viajaban su hermano Nahuel, su mamá Norma, Alomar, un amigo y su hijo de 7 años. Del tiroteo, ocurrido en un semáforo, sólo se salvaron los dos últimos.

"Llegamos al cierre de una etapa. Mi expectativa es que esto termine en condenas efectivas. Pudimos reunir elementos probatorios solventes, sólidos y autosuficientes", explicó la jueza.

Creo que fue una investigación que atravesó sus momentos difíciles, en las cuales algunas personas de manera directa o indirecta quisieron que la causa se entorpeciera y no llegáramos al día de hoy (por ayer), que es un día muy importante", enfatizó la magistrada en una conferencia de prensa en los tribunales provinciales.