Dolar Oficial: - Dolar Blue:- Dolar CCL:- Dolar Bolsa: - Dolar Mayorista: -

EL LIBERAL . El Evangelio

Evangelio según San Marcos 9,41-50.

22/02/2017 22:21 El Evangelio
Escuchar:

Evangelio según San Marcos 9,41-50. Evangelio según San Marcos 9,41-50.

Jesús dijo a sus discípulos:

“Les aseguro que no

quedará sin recompensa el

que les dé de beber un vaso

de agua por el hecho de

que ustedes pertenecen a

Cristo.

Si alguien llegara a escandalizar

a uno de estos

pequeños que tienen fe, sería

preferible para él que

le ataran al cuello una piedra

de moler y lo arrojaran

al mar.

Si tu mano es para ti

ocasión de pecado, córtala,

porque más te vale entrar

en la Vida manco, que ir con

tus dos manos a la Gehena,

al fuego inextinguible.

Y si tu pie es para ti ocasión

de pecado, cór talo,

porque más te vale entrar

lisiado en la Vida, que ser

arrojado con tus dos pies a

la Gehena.

Y si tu ojo es para ti ocasión

de pecado, arráncalo,

porque más te vale entrar

con un solo ojo en el Reino

de Dios, que ser arrojado

con tus dos ojos a la Gehena,

donde el gusano no muere y

el fuego no se apaga.

Porque cada uno será

salado por el fuego.

La sal es una cosa excelente,

pero si se vuelve insípida,

¿con qué la volverán a

salar? Que haya sal en ustedes

mismos y vivan en paz

unos con otros”.

Comentario

Sabemos por los exégetas

que la comunidad marcana

era una comunidad pagana,

marginal y perseguida.

El contexto de persecución

que sufrió esta segunda

generación cristiana podía

haber debilitado en cierta

medida la fe de los creyentes.

Marcos sale al paso de

esta necesidad. Quiere recuperar

la historia de Jesús en

un momento en el que, por el

paso del tiempo y la muerte

de los primeros testigos, se

corría el peligro de perder su

memoria.

El hilo cristológico central

del relato evangélico tiene

una consecuencia ineludible:

el camino de los discípulos

no puede ser diferente

al del Maestro. De aquí la paciente

tarea del Señor en instruir

a sus discípulos sobre el

camino de la Cruz.

Sólo se puede confesar al

Resucitado si, junto a él, hemos

recorrido su mismo camino

hacia el Gólgota. En la

Cruz se nos revela el verdadero

Hijo de Dios vivo. Lo decíamos

el pasado lunes.

San Policarpo, obispo de

Esmirna, es un testigo de excepción

en este seguimiento

del Maestro hasta las últimas

consecuencias.

Es conmovedora la carta

que la Iglesia de Esmirna escribe

a los cristianos de Filomelio

narrando el martirio de

su santo obispo. Un martirio

que curiosamente tiene relación

con el fuego del que habla

el Evangelio de hoy: Todos

serán salados a fuego.

Me encanta la imagen del

fuego porque es muy claretiana.

Estas apasionadas palabras

y otras parecidas brotaban

del corazón de San Antonio

María Claret: ¡Oh Jesús

mío!, os pido una cosa que yo

sé que me la queréis conceder.

Sí, os pido amor, llamas

grandes de ese fuego que habéis

bajado del cielo a la tierra.

Un fuego divino.

Un fuego sagrado enciéndame,

árdame, derrítame y

derrítame en el molde de la

voluntad de Dios (Autb. 446).

La radicalidad que plantea

el Evangelio es estremecedora.

Es una invitación a vivir

hasta el final las consecuencias

de la fe.

Imagino el eco que tendrán

las palabras de Jesús en

las numerosas Iglesias perseguidas

de la actualidad. La

lista de mártires es ingente

en nuestros días.

Lo que debes saber
Lo más leído hoy