Dolar Oficial: - Dolar Blue:- Dolar CCL:- Dolar Bolsa: - Dolar Mayorista: -

EL LIBERAL . Viceversa

LADRONES EN FUGA

25/02/2017 21:22 Viceversa
Escuchar:

LADRONES EN FUGA LADRONES EN FUGA

El de la boletería, que nos conocía, nos preguntó:

-¿También tenían que traerlo?

-Carnaval tiene la culpa- respondió el Gordo Estanciero,

al que habíamos llevado por si se armaba

lio. Su sola presencia causaba estupor entre la gente,

semejante presencia digo, aunque no tan grandote

como el otro. Pero el Yeti, al que le decíamos

Blanquito era pacífico incapaz de matar una mosca,

con eso le digo todo.

Entramos. Justo a esa hora el baile hervía de gente.

Apenas alcancé a divisar para el lado de la pista y

una bombita me dio de lleno en el ojo. Un grupo de

chicas de la otra cuadra que también habían ido, se

nos vinieron al humo. Y ya comenzaron las corridas

y los gritos. Me acuerdo que le tenía ganas a la Fátima,

pero esa tarde me terminé enganchando con la

hermana, que no estaba tan buena, pero, para el caso

daba lo mismo. El Gordo Estanciero la apretaba a

la Marianela y los Bony's sonaban en los parlantes

“tú y yo en la noche más oscura, tu y yo dos ladrones

en fuga, tú y yo un amor prohibido, un amor prohibidooo”.

El Gordo, lo viera, movía la cara para todos

lados, ponía la jeta así y repetía:

-¡Prohibidooo!

A esa hora ya estaba enloquecido.

Mientras, había ido pasando el tiempo, se había

hecho de noche y seguíamos meta bailar. Al final ya

jugábamos con barro porque se nos habían acabado

las bombitas. Embarrábamos a la primera que

veíamos que tuviera un poquito de la remera limpia,

aunque fuera un cachito así. Me acuerdo que la hermana

de la Fátima había perdido las ojotas en medio

de las corridas, pero a esa hora a quién le importaba.

Fue en ese carnaval del 2003, que en un momento

dado me paré en medio de la pista, botella de cerveza

en la mano, mirando el cu… erpo de una flaca

que bailaba con un muchacho que conocía de vista,

y me pregunté: “Qué hago aquí, quién soy, por qué

estoy perdiendo el tiempo lastimosamente en vez de

hacer algo útil por mi vida, convertirme en alguien

serio, reposado, de la casa al trabajo del trabajo a la

casa”.

Pero se me pasó enseguida y seguí tratando de

convencerla a la hermana de la Fátima de que al final

nos teníamos que ir a casa los dos juntitos, no

separarnos nunca más en la perra vida y vivir felices

haciendo chicos mañana, tarde y noche.

-No me voy a aburrir de fabricar niños con vos- le

susurraba al oído mientras le trataba de indicar cómo

se hacían.

-Salí, che- me decía ella haciéndose la enojada,

pero se vé que tan mal no le caía la propuesta.

Yo me hacía el zonzo, como si no hubiera sabido

que ella ya tenía varios grandes premios nacionales

corridos y ganados de punta a punta, con la fusta

bajo el brazo y saludando a la tribuna.

Lo que debes saber
Lo más leído hoy