POEMAS DE ELSA CORVALÁN POEMAS DE ELSA CORVALÁN
ALGARROBO
Firme y callado esperas
de pie… sobre la vida
extendiendo los brazos
atrapando las cimas
acunando la brisa
oteando en las alturas
vigilando horizontes
que camina sin prisa.
Te adivino orgulloso
de poder con tu aliento
dar pureza a las sombras
a las alas del viento
y en las vainas doradas
de tu ramaje eterno
cobijar primaveras
y madurar inviernos.
El tiempo con capricho
de trovador bohemio
te sorprende y desgaja
con el furor del viento
y allí quedas… herido
mientras tu sangre riega
esas manos callosas
de madre, la tierra.
CANTO A MONTE QUEMADO
Espesura de los montes
canto del ave salvaje
mensaje de amor y tiempo
en el árbol y el plumaje.
Rumor del silencio herido
por el canto de alguna hacha
o el silbo de algún peoncito
que va volviendo a las casas.
Estribillo
Noche llena de misterio
calladas aves que vuelan
remontando a la distancia
sus sueños hechos tinieblas.
Mirada del hombre simple
temeroso y tan sufrido
que habla con ruda nostalgia
de las cosas que ha perdido.
Monte espeso, monte virgen
tan lejano y olvidado
andando nomás distancias
pago de Monte Quemado.
Rastros que ondulan la siesta
dibujándose en la tierra
amor que flota en el aire
mezclado con las tristezas.
Agua de aljibe que ofrece,
el dulzor de sus entrañas
tierra quemada de soles,
que en nubes se desparrama.
Cielo brillante de estrellas
con luces que parpadean
ramas del árbol que se alzan
pidiendo una primavera.
Monte que se ofrece altivo
con alma de animal macho
perfume fresco y salvaje
que desparrama el quebracho.
Hombre que lucha en la tierra
arrancando su simiente
árbol que cae malherido
y se amontona en durmientes.
Horno que tibio atesora
su corazón de carbón
calor, sudor y nostalgia
en la mirada del peón.
Monte Quemado que esperas
Una bendición de Dios
árbol, pájaro y camino
tierra, noche, canto y sol.
EL PATIO DE NONO
Quedarán aquí los sueños
bailando sobre este patio
con el abrazo de amigos
desparramando su canto.
La llegada de cantores
era una cita obligada
con guitarras decidoras
haciendo vivir la magia.
En un abrazo fraterno
llegando están Los Manseros
y la voz de Onofre Paz
estremeciendo al silencio.
Con Los Hermanos Simón
cantando la chacarera
era la voz de Juanita
alegrando a las estrellas.
Carlos Saavedra bailaba
engualichándolo al patio
y abrazado con la Adela
lo desafiaban al diablo.
Con su canto melodioso
llegaban los Quilla Huasi
mientras quichuaba don Sixto
pintando un criollo paisaje.
Bailaron en este patio
el Chúcaro y Norma Viola
cantó Argentino Ledesma
tangueando con Julio Sosa.
La armónica de Hugo Díaz
ha dejado aquí su huella,
y los Cantores del Alba
cantándole a las estrellas.
Jugo- Corvalán cantando
un valsecito de antaño
cuya dulzura acaricia
con el correr de los años.
Cuantos amigos pasaron
por este querido patio
y en la magia del recuerdo
vive en el Nono guitarreando.