Hay alimentos europeos que ya se comercializan al mismo precio que los elaborados en el país Hay alimentos europeos que ya se comercializan al mismo precio que los elaborados en el país
En cadenas de supermercados de la ciudad de Buenos Aires es posible encontrar 400 gramos de tomate perita Pomodoro La Doria (Italia) envasada en lata a un precio de 19,25 pesos. Ese mismo producto marca Arcor (Argentina) también se ofrece a 19,25 pesos.
Un paquete de queso President Sandwich Feteado (Francia) de 200 gramos puede comprarse a un valor de 342 $/kg. Pero un paquete de 180 gramos de queso Cheddar en fetas La Serenísima (Argentina) se vende a 372 $/kg.
La mermelada de frutilla Chantaine (Francia) en un frasco de vidrio de 325 gramos puede conseguirse en $ 216/kg, mientras que ese mismo producto de El Brocal (Argentina) en un frasco también de vidrio de 420 gramos se ofrece en $ 254/kg.
El hecho de dos alimentos equivalentes, uno elaborado en un país con un tercio de la población pobre y otro producido a miles de kilómetros de distancia con salarios del primer mundo, es una señal indisimulable de sobreapreciación del tipo de cambio. La última vez que se observó algo similar fue a fines de los años ’90.
El Tipo de Cambio Real Multilateral (TCRM) calculado por el BCRA, según el sitio Valor Soja, se encuentra actualmente en 87,5. Se trata de una cifra inferior a la registrada un año atrás (100,0) y similar a la de dos años atrás (84,2). También se ubica por debajo de la presente en la misma fecha de 2014 (112.5), 2013 (103.1), 2012 (109.9) y 2011 (127.6).
El progresivo deterioro del TCRM, que disminuye los incentivos económicos para exportar al tiempo que alienta importaciones y viajes turísticos al exterior, se corresponde con un progresivo descenso del uso de la capacidad instalada del sector industrial argentino dedicado a la elaboración de alimentos.
La sobreapreciación del peso argentino –producto de un tipo de cambio nominal bajo combinado con alta inflación– además de reducir la cantidad de pesos recibidos por cada divisa generada, incentiva la colocación de bienes en el mercado interno, dado que los consumidores locales, por efecto del retraso cambiario, son en términos relativos mejores clientes que los compradores externos (porque pagan caro en dólares sin los costos ni las complicaciones que se deben afrontar en una operación de comercio exterior).
Además un tipo de cambio sobreapreciado, como el vigente actualmente en la Argentina, castiga, en términos directamente proporcionales, a todos aquellos alimentos con alto empleo agregado. Es decir: cuanto mayor sea el componente de empleo agregado (en lo que respecta por ejemplo a proceso de elaboración, envase y marketing), menos competitivo es el producto porque los costos lo superan.
