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EL LIBERAL . El Evangelio

Evangelio según San Juan 7,1-2.10.25-30.

31/03/2017 01:40 El Evangelio
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Evangelio según San Juan 7,1-2.10.25-30. Evangelio según San Juan 7,1-2.10.25-30.

Jesús recorría la Galilea;

no quería transitar por Judea

porque los judíos intentaban

matarlo. Se acercaba la fiesta

judía de las Chozas. Sin

embargo, cuando sus hermanos

subieron para la fiesta,

también él subió, pero en

secreto, sin hacerse ver.

Algunos de Jerusalén decían:

“¿No es este aquel a

quien querían matar? ¡Y miren

cómo habla abiertamente

y nadie le dice nada! ¿Habrán

reconocido las autoridades

que es verdaderamente

el Mesías?

Pero nosotros sabemos

de dónde es éste; en cambio,

cuando venga el Mesías, nadie

sabrá de dónde es”.

Entonces Jesús, que enseñaba

en el Templo, exclamó:

“¿Así que ustedes me

conocen y saben de dónde

soy? Sin embargo, yo no vine

por mi propia cuenta; pero

el que me envió dice la

verdad, y ustedes no lo conocen.

Yo sí lo conozco, porque

vengo de él y es él el que

me envió”.

Entonces quisieron detenerlo,

pero nadie puso las manos

sobre él, porque todavía

no había llegado su hora.

Comentario

“Se acercaba la fiesta judía

de las Tiendas. Los hermanos

de Jesús le dijeron: No te quedes

aquí en Judea para que tus

discípulos de allí vean también

las obras que hacesà Jesús

les dijo: Mi tiempo no ha llegado

todavía, mientras que vuestro

tiempo es siempre bueno

para vosotros”. Jesús responde

de esta manera a los que le

aconsejan que busque su gloria:

“El tiempo de mi gloria no

ha llegado todavía”. Fijaos en

la profundidad de este pensamiento:

ellos le empujan a buscar

la gloria, pero él quiere que

la humillación preceda a la elevación;

es a través de la humildad

que quiere trazarse un camino

hacia la gloria. Los discípulos

que querían estar sentados

uno a su derecha y el otro

a su izquierda buscaban también

ellos la gloria humana: no

veían sino el término del camino

sin pararse a pensar en qué

camino era el que conduce a

ella. El Señor, pues, otra vez les

ha llamado al verdadero camino,

a fin de que lleguen a la patria

por el camino adecuado. La

patria es elevada, pero el camino

es humilde. La patria es la

vida de Cristo; el camino es la

muerte. La patria es la morada

de Cristo, el camino que conduce

a ella es su Pasión...

Tengamos, pues, un corazón

recto; el tiempo de nuestra

gloria no ha llegado todavía.

Escuchemos lo que dice

a los que aman este mundo,

como los hermanos del Señor:

“Vuestro tiempo es siempre

bueno para vosotros, el

nuestro no ha llegado todavía”.

Atrevámonos también

nosotros a decir lo mismo.

Nosotros que somos el Cuerpo

de nuestro Señor Jesucristo,

que somos sus miembros,

que con gozo le reconocemos

como a nuestro jefe,

repitamos estas palabras,

puesto que es por nosotros

que él se dignó decirlas el primero.

Cuando los que aman

el mundo insultan nuestra fe,

digámosles: “Vuestro tiempo

es siempre bueno para vosotros,

el nuestro no ha llegado

todavía”. ?

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