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EL LIBERAL . Viceversa

Conociendo al agresor pasivo

01/04/2017 21:03 Viceversa
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Conociendo al agresor pasivo Conociendo al agresor pasivo

Muchas personas se muestran amables pero por dentro tiene ira y frustración reprimidas, por las situaciones negativas que les tocó vivir. Son en realidad “una bomba de tiempo”, pues esconden sus emociones pero tienen actitudes de violencia pasiva.

En realidad, alguien que agrede a los demás pasivamente dice que sí con la boca, pero por dentro dice que no. El típico caso es un empleado a quien su jefe le pide una determinada tarea. En primera instancia, dirá que la hará pero luego se demorará y pondrá excusas para no llevarla a cabo.

El término pasivo-agresivo fue acuñado por un psiquiatra del ejército estadounidense, al observar la conducta de los soldados cada vez que les ordenaban algo. Ellos se resistían a cumplirla porque se veían débiles frente al enemigo. El pasivo-agresivo tiene la creencia de que los demás son superiores a él. Incluso puede llegar a temerles e intentar huir.

 

Diez rasgos del agresor pasivo:

1. Conflicto con la autoridad. Le teme a la autoridad. Por eso, cuando alguien por encima de él le pide algo, no se rebela abiertamente pero dirá que sí, para después hacer todo lo contrario.

 

2. Sensación de debilidad frente a los demás. Es codependiente porque siente que solo no puede. En el fondo, se percibe incapaz de enfrentar la vida por su cuenta. Sin embargo, también le producirá enojo tener que depender de la gente.

 

3. Incapacidad de aceptar consejos. No puede recibir ni siquiera sugerencias, en especial sobre los cambios que necesita realizar en su vida. Si decide pedir consejo sobre algo que le preocupa, finalmente hará lo que le parezca mejor.

 

4. Dificultad para las relaciones interpersonales. Tiene mucho temor a intimar, razón por la cual sus relaciones son superficiales.

 

5. Desplazamiento de la ira. Como no puede reconocer que está enojado con todo y con todos (aun con Dios), tenderá a poner la ira afuera y pensará que los demás están enojados con él.

 

6. Ambivalencia. El hecho de decir siempre que sí, aunque desee decir que no, lo hace ser obsecuente. Nadie sospechará que alguien tan complaciente pueda esconder violencia en su interior.

 

7. Incapacidad para expresar sus emociones. No es capaz de decir qué siente porque cree que los demás se enojarán con él. De manera que siempre terminará callando y evitando el conflicto. Dicha actitud lo hace parecer respetuoso. Nada más lejos de la realidad.

 

8. Incapacidad de admitir su represión. Jamás aceptará que guarda ira adentro ni el hecho de que la exprese indirectamente. Tampoco confesará haber hecho algo malo con intención. La razón de esto es su gran temor a ser rechazado o castigado, lo cual seguramente comenzó en la infancia.

 

9. Negatividad permanente. No tiene una buena actitud ni la esperanza de un futuro mejor para él y para los demás.

 

10. Sensación de no ser comprendido. Se siente poco valorado y cree que nadie lo entiende, razón por la cual se desilusiona con facilidad.

Luego de leer todos estos puntos, contamos con cierta cantidad de elementos para poder reconocer a una persona que agrede a los demás de manera pasiva, aunque sonría por fuera. ¡No permitamos que nos engañen y nos manipulen!

 

Si tenés alguna inquietud, podés escribirme a Bernardoresponde@gmail.com.

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