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EL LIBERAL . Viceversa

¿A que podriamos llamar generación?

08/04/2017 22:11 Viceversa
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¿A que podriamos llamar generación? ¿A que podriamos llamar generación?

De acuerdo a la definición clásica, generación es el conjunto de personas que, por haber nacido en fechas próximas y haber recibido educación e influjos culturales y sociales semejantes, se comportan de manera parecida. Por tanto no podemos considerar a una generación únicamente desde el punto de vista de la contemporaneidad sino que debemos tener en cuenta las conductas, las normas y los valores que se comparten.

En este sentido, me parece prudente hacer referencia a las generaciones “reconocidas” por la sociología moderna; no a todas sino a los grupos sociales que encierran en su universo, a personas que ejercen el oficio de poeta en nuestra provincia.

Tradicionalistas: Esta generación está conformada por aquellos que nacieron en la década de los cuarenta del siglo pasado o antes. Más allá de que todavía seguimos leyendo poemas de poetas que pertenecieron a ella, los que quedan son ya muy escasos y, lamentablemente, cada día se pierden un poco en la inmensidad del universo literario local. Vayan como un minúsculo ejemplo algunos nombres: Carlos Artayer, Alberto Tasso, Alfonso Nassiff, Carlos Figueroa, álvaro Caro, Julio Salgado y algunos otros que ahora mismo no recuerdo. Sin duda, ellos han marcado una época y han obtenido grandes logros para la poesía vernácula.

Baby Boomers: Constituida según reconocen muchos sociólogos, por quienes nacieron entre el ’46 y el ’64, es una generación que resultó marcada por los enfrentamientos de la primera época del peronismo y la institucionalización de la Revolución Nacional, el ulterior golpe militar del 55 y los posteriores enfrentamientos intestinos. En esta generación podemos incluir a Adolfo Marino Ponti, Adriana del Vitto, Jorge Rosemberg, Margarita (Magui) Montero, Samuel Bossini y Hugo Orlando Ramírez entre muchos otros.

Generación X: Hablamos de los nacidos entre el ’65 y 1979-80. Se trata de una generación cuya cuna fue el escepticismo por todo lo aprendido por sus padres. La crisis económica y los cambios sociales, les han enseñado que el esfuerzo y la dedicación para escribir poesía, no siempre dan frutos. A esta generación pertenecen (si existe un sentido de pertenencia en la poesía) María de los ángeles Lescano, Lucas Cosci, Esteban Ibarra y Luis Palacios entre los que recuerdo pero que, reitero, no son los únicos.

Generación Y: También conocida como “millennials” Esta generación abarca a los nacidos entre el ’80 y ’95. Es una generación singular ya que su entorno estuvo inmerso en el desarrollo de las tecnologías y el cuestionamiento de todo lo que los rodea. A este grupo, bien podrían pertenecer Claudio Rojo Cesca, Belén Cianferoni, Mauricio González Faila, Juan Santiago Avendaño, Rubén Aníbal Costilla, Pablo Jesús Gramajo, Gabriel Hoyos Izurieta y Francisco Avendaño.

Generación Z: Aquí encontramos a los más jóvenes, muchos de los cuales recién están dando sus primeros pasos en el ejercicio de la palabra escrita. Se trata de los Nativos Digitales que han nacido desde el ’95 a la fecha y que sin lugar a dudas han sido marcados por los grandes avances tecnológicos y no imaginan un mundo sin Internet. Entre ellos puedo recordar los nombres de Estefanía Páez y Natalí Etchudez. Por supuesto que hay más pero, mientras escribo esta nota, solamente recuerdo a estos autores.

Ahora bien… Esta pequeña aproximación ¿Se cumple de manera taxativa en la praxis? De ninguna manera. Conozco poetas jóvenes que incursionan en el milenario haiku o que se han internado en el mundo “ideal” de la lírica, mientras otros de mayor edad o que, supuestamente pertenecen a otra generación, emplean un lenguaje coloquial, comprometido, mucho más realista y hasta diría procaz, lo que suele ser más propio de los jóvenes.

Otro de los inconvenientes difíciles de dilucidar en las generaciones anteriores a la millenial, es la disquisición de la categoría en que deberían ser incluidos los letristas de folklore. Indudablemente, más allá de las omisiones de las antologías y estudios más reconocidos, hay algunos incluidos de manera arbitraria en la categoría de “letristas” como el caso de Ponti y de pablo Raúl Trullenque, quienes indudablemente fueron y son, principalmente poetas.

Para entender un poco mejor el panorama del panorama actual, se debe tener en cuenta que muchos de los poetas jóvenes nacieron en la década de los setenta y los ochenta y tuvieron que atravesar tiempos turbulentos en gobiernos de diferentes signos políticos por lo que tienen una mirada muchísimo más pragmática y menos lírica que generaciones anteriores. Una generación a la cual los adultos le hemos quitado sus anhelos y sus utopías. En general son autores inéditos (metafóricamente hablando) ya que solo algunos pocos han publicado un libro lo que generalmente ocurrió a través de ediciones artesanales a pesar de que en su mayoría escriben desde la adolescencia. Su cualidad de “joven” radica en circular por fuera de las vías instituidas de la poesía en la ciudad y construir sus propios proyectos colectivos. No obstante, tampoco esto es una verdad definida; merced a las antologías, las revistas pero fundamentalmente Internet, han dejado de ser inéditos pues la publicación de un poema en cualquiera de las redes sociales (Facebook, Twitter, Google+, etc.) ya le quita esa condición. Una publicación en Internet, desde el punto de vista estrictamente pragmático, es equivalente (aunque nos cueste reconocer) a una publicación en papel.

También debemos insistir con el tema del lenguaje poético. El que emplean algunos jóvenes, a los ojos de lectores y escritores de generaciones un poco más viejas, puede parecer por momentos desconcertante, en algunos casos transgresor, quizás poco apropiado o chocante y hasta podría decirse subversivo pero si tomamos en cuenta que el lenguaje es parte del ser humano y que evoluciona de manera constante conjuntamente a la evolución del hombre, deberemos entender que los códigos lingüísticos y comunicacionales de los tiempos actuales y hasta el empleo mismo de los diferentes idiomas ha cambiado gracias a las nuevas formas impuestas por la rapidez de la vida moderna y fundamentalmente por la aparición de Internet. Los signos más importantes de estos tiempos son la velocidad (tal como expresa ítalo Calvino en sus seis propuestas para el nuevo milenio), o la fractalidad, la brevedad, la fugacidad y la virtualidad de la literatura (según afirma Lauro Zavala, quién también habla de la “fragmentariedad paratáctica” de la escritura hipertextual propia de los medios electrónicos).

Es menester aceptar que actualmente la vida se mueve por los anchos caminos de la información y la necesidad de una comunicación rápida, concisa, inmediata, se ha convertido en algo urgente e impostergable; en algo que no admite otra forma que la hipertextual y virtual.

Aunque no nos guste, la forma de comunicarse de las generaciones más jóvenes es absolutamente diferente a las formas que supimos emplear en otros tiempos. ¿Por qué entonces los chicos que escriben poesía deberían emplear un lenguaje diferente al que usan cotidianamente?

Por otro lado, es coherente pensar que las nuevas formas de vida de la sociedad contemporánea determinan la aparición de una poesía diferente no solamente desde el punto de vista formal sino también estético y hasta el ideológico y filosófico.

En síntesis; el panorama de la poesía en Santiago del Estero sigue siendo muy amplio y prometedor, pero al mismo tiempo, encierra una serie de situaciones que, de no ser valoradas de manera adecuada, nos pueden llevar a un laberinto del cuales difícil salir.

Hay mucha y buena poesía para leer, no solamente aquella que se escribe como un ejercicio catártico a través de las redes sociales (¿el marco de contención psicológico del tercer milenio?) sino también la que se edita en papel y en soportes tradicionales. No obstante, deberemos ser cuidadosos a la hora de leer para poder separar los textos que realmente tienen un valor literario y aquellos que no, ya que ese vasto mundo virtual que nos rodea, se presta para leer todo tipo de textos.

Como ocurre en todos los aspectos de la vida humana, habrá poetas que gusten más que otros y hasta seguramente, algún grupo que se consolide puede llegar a ser una vanguardia pero por ahora solamente tenemos la certeza de que, en Santiago del Estero, se escribe mucha poesía, que hay buena poesía y otra que no lo es tanto y que, en definitiva, el valor que le asignemos a cada texto, dependerá de cuanto nos emociona y de cuanto nos sacude como ha ocurrido con la poesía a lo largo de la historia del hombre.

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