Esta noche la Iglesia Católica Ortodoxa celebra la misa pascual

La Iglesia Ortodoxa también celebra la Pascua y hoy se conmemora el Sábado de Gloria. Es por ello que en la parroquia San Jorge esta noche a las 22 se realizará el oficio de la resurrección de Cristo.

El oficio comenzará con los fieles que saldrán del templo con sus velas, se cerrarán las puertas y se realizará el oficio de apertura del templo, que simboliza la apertura de la tumba de Cristo. Allí comenzará la misa de Resurrección.

Mensaje pascual

Sobre la importancia de esta fecha para los fieles, el padre Gregorio Makantassis envió su mensaje pascual:

"Hoy estamos celebrando la resurrección de Cristo y nuestra resurrección. Porque la muerte ha sido vencida para siempre por Cristo Jesús. Por eso nuestro destino último es la ansiada felicidad y la vida plena junto con Dios. Jesús dijo: ‘Yo he venido para que tengan vida, y para que la tengan en abundancia’. La resurrección de Jesús es la victoria sobre la muerte. Celebrando la resurrección de Jesús y nuestra propia resurrección, a una vida de total felicidad y para siempre.

‘Y cuál la supereminente grandeza de su poder para con nosotros los que creemos, según la operación del poder de su fuerza, la cual operó en Cristo, resucitándole de los muertos y sentándole a su diestra en los lugares celestiales, sobre todo principado y autoridad y poder y señorío, y sobre todo nombre que se nombra, no sólo en este siglo, sino también en el venidero" (Efesios 1:19-21). Por lo que la vida cristiana no consiste en que tengamos algo que hacer nosotros mismos, sino en que nos sentemos para disfrutar lo que Dios nos ha dado y ha hecho por nosotros para salvarnos. Lo cual lo recibimos por la fe en Dios y por su Gracia divina.

Tal como sostiene el apóstol Pablo: ‘Y si Cristo no ha resucitado, vana es entonces nuestra predicación, y vana también vuestra fe’ (I Corintios 15:14). Así de importante es la resurrección de Jesús. A Jesús hemos de verle en su realidad completa. Su vida, muerte y resurrección forman una unidad indivisible. Si Jesús murió como murió fue porque vivió de la manera que vivió haciendo la voluntad del Padre, y si resucitó, fue porque vivió y murió como lo hizo, vivió y murió predicando el evangelio del amor, del amor a Dios, a los demás y a uno mismo. Por eso su Padre Celestial le resucitó al tercer día. ‘¿Por qué buscáis entre los muertos al que vive? No está aquí. Ha resucitado’.

Pero Jesús va mas allá, nos regala a los creyentes la resurrección cuando dice: ‘Yo soy la resurrección y la vida, el que cree en mí aunque muera vivirá para siempre’. Y San Pablo insiste: ‘Si creemos que Jesús ha muerto y resucitado, del mismo modo a los que han muerto en Jesús, Dios los resucitará con él’. Gracias a Jesús, ni la muerte ni el hambre ni las guerras ni las enfermedades ni la crisis económica ni el paro ni la corrupción ni la violencia ni las injusticias tienen la última palabra. Estamos enrolados no en una historia absurda y sin sentido, sino en una historia de salvación, que termina bien, la que termina en la vida y no en la muerte. Al final, Jesús nos está esperando para decirnos: ‘Venid benditos de mi Padre a disfrutar del reino preparado para vosotros desde toda la creación del mundo’.

De la mano de Jesús caminamos hacia un cielo nuevo y una tierra nueva, porque el primer cielo y la primera tierra habrán desaparecido y el mismo Dios enjugará las lágrimas de nuestros ojos, y la muerte no existirá más ni habrá duelo ni gritos ni dolor ni enfermedad, porque todo esto ya pasó, por la Pascua (paso) de Cristo de la muerte a la vida eterna.

Pidamos al Señor que guíe cada paso que damos en nuestra vida para que se produzca en nosotros un cambio en dirección por el cual sigamos cada día a Cristo resucitado transformando nuestras vidas y resucitando con Cristo.

¡Cristo ha resucitado! ¡Verdaderamente ha resucitado! ¡Felices Pascuas!".