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EL LIBERAL . Padre Koffi Gilbert

Jesús está vivo

15/04/2017 21:34 Padre Koffi Gilbert
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Jesús está vivo Jesús está vivo

En este Domingo de Pascua no

quiero dejar pasar la oportunidad de

hablar de ese Cristo vivo, hoy.

Cristo está vivo porque durante

cuarenta días hemos hecho la abstinencia,

hemos acompañado a Jesús

en su camino hacia Jerusalén, hemos

ido en el desierto con él, hemos bajado

para ir a Galilea y entrar en esas ciudades

para encontrar la realidad de la

vida concreta.

Después Jesús entrará a Jerusalén,

en donde enseñará, acompañará

y vivirá una experiencia. Desde el Jueves

Santo hemos entrado en el credo

Pascual para vivir las experiencias y

los misterios. En la última cena que Jesús

ha dado a sus discípulos, y todo lo

que ha hecho como ejemplo, como lavar

los pies, fue para mostrar que hay

que servir.

El Viernes después de que Judas lo

ha entregado, van a matar. No es algo

crudo pero es una realidad. Lo han

matado porque molestaba.

Y el Sábado se vivió la esperanza

de que Jesús resucitará o no.

Ahora, después de vivir la Vigilia,

esperando que salga, gracias a mujeres

que han ido para ver si realmente

estaba su cuerpo o no, han dado una

buena noticia: ¡Cristo está vivo! Cristo

no está en la tumba… Cristo ha resucitado.

Es el grito de alegría de todos los

cristianos, de todos lo que han seguido

a Cristo. Ahora saben que Cristo no

es todo lo que podemos pensar… es el

hijo de Dios. Es el grito de los cristianos

ante un mundo de muertes.

Resucitó y es la luz que nos ilumina

a todos nosotros, nuestras noches

y nuestras oscuridades. Resucitó y es

la esencia del discípulo: vida, luz y paz

en el corazón.

Cristo está vivo y con su vida nos

da buena esperanza, y ha terminado

con todo lo que podemos pensar. Por

eso, como esas mujeres que fueron

para hacer el encuentro, para ver qué

había pasado, nosotros también debemos

buscar el Cristo vivo, no quedar

en lo que hemos pasado y vivido. Hay

que cambiar de mentalidad de muchas

cosas en nuestra vida. No somos

muertos, somos vivos con Cristo resucitado.

Entonces, iniciamos hoy un

tiempo nuevo, porque con la resurrección

somos criaturas nuevas.

Atrás ha quedado el sábado y

ha iniciado el primer día de una nueva

era: la era de la vida, del amor, del

triunfo. Cristo ha vencido al mundo, ha

vencido el mal, ha vencido toda la venganza,

el odio, rencor, los celos.

Atrás han quedado las normas, las

leyes y los temores. Se inicia el comienzo

de la vida, y ese día se convierte

en el Primer Domingo del Señor.

No teman con las palabras que inaugura

este nuevo tiempo y que en todo el

camino pascual se repetirán constantemente.

“La paz esté con ustedes”, es lo

que va a decir Jesús, porque la resurrección

de Jesús no solamente vence

los temores sino que también produce

la paz, la alegría.

Es para nosotros una buena noticia

siempre, porque si hay pasión, si hay

muerte, hay resurrección. No nos quedamos

con la pasión, y la muerte en

sufrimiento, pero sí con la resurrección,

que es la verdadera alegría, la

que se contagia, la que vence las dudas,

la que produce armonía en el corazón,

la que supera los temores. Todo

se hace nuevo y diferente. No hay

que mirar al pasado. Quizás estamos

en este camino con muchos sufrimientos,

con problemas de trabajo, de salud,

de familia, de amor. Pero debemos

superarlos, para imitarlo a él.

Todos los domingos vivimos esta

alegría, este triunfo de Jesús. No

hay fracaso, no hay abandono, porque

Cristo está con nosotros y quiere

encontrarse con cada uno de nosotros.

Cristo nos invita a salir de nuestra

tumba, de nuestro sepulcro, porque

con él somos todos vivos. No podemos

ser indiferentes. Si Cristo está

vivo, necesitamos proclamarlo. Hay

que anunciar con convicción, no por

formalidad.

No podemos quedarnos en los temores,

en las cruces de injusticia. Necesitamos

manifestar la vida. Hoy

también, muchas mujeres y muchos

hombres deberían ser informados que

Jesús, el crucificado, no se encuentra

en la tumba. Hay quienes siguen cargando

una cruz sin sentido; hay quienes

llevan el sufrimiento a cuesta, como

si Cristo no hubiese resucitado.

El sufrimiento, la cruz, el sepulcro,

solo tendrán sentido si se ha experimentado

la resurrección de Cristo.

No hay temor, hay alegría. No hay

dudas, hay realidad. Cristo está con

nosotros.

Hoy Domingo, debemos alegrarnos

con nuestros hermanos, con los miembros

de nuestra familia. Dejar todo en

la tumba.

Hoy, vamos a admirar nuestra vida

para que en nuestros hogares, lugares

de trabajos y de congregaciones, y

de verdadera relación de amistad y de

hermandad, podamos vivir como seres

humanos que viven como Cristo.

Quizás hemos perdido a nuestros

seres queridos, pero nuestra fe está

en la resurrección de Cristo. Si Cristo

no ha resucitado, no hay fe, no hay

iglesia.

Hoy proclamemos a grito abierto:

¡Ah resucitado el Señor! Dios nuestro,

que por medio de Tu hijo venciste a la

muerte, y nos has abierto las puertas

de la vida, concédenos defender, cuidar

y vivir una vida plena.

Que nuestra Madre nos ayude para

alegrarnos con ella y con todos los

discípulos y seguidores para que den

la vida, para que amen a Cristo, en

nuestro mundo. Amén.

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