Wanda y Zaira, hace diez años, iniciaban una gran carrera de mediáticas

Era virgen. O aseguraba serlo. Sin embargo para 2007 Wanda Nara ya se había puesto el calzoncillo de Diego Maradona tras una presunta noche juntos en Mar del Plata. Y un video tan íntimo como explícito -fue una de las primeras famosas afectadas- la había colocado en el centro del escándalo. Pero mientras sólo algunos habitantes de Gran Canaria, España, conocían a un adolescente rosarino llamado Mauro Icardi, aquí estaba el novio de Wanda para tomarla de la mano y enfrentar juntos el vendaval mediático: no era otro que Maxi López. Y al fin de cuentas, por aquel entonces Wanda era la popular. Lo de Zaira Nara era distinto. La hermana menor prefería agachar la cabeza cuando aparecía un paparazzi: los únicos flashes que le agradaban eran aquellos que se disparaban cuando estaba sobre una pasarela. Integrante del staff de Pancho Dotto, su intención era alejarse de cualquier polémica en los medios. Y la eventual comparación con su hermana mayor la fastidiaba, aunque jamás lo admitiría públicamente. En definitiva se decía que Zaira era la divina, continuando con la alegoría de una novela infantil de ese 2007: Patito Feo.