Lleva tatuado el nombre de su hijastra a la que habría vejado

La jueza de Control y Garantías, Sara Harón, fijó ayer en seis meses la prisión preventiva de un coordinador de tour, sospechado de abusar de la hijastra de apenas 8 años.

El personaje fue denunciado a fines del 2016, cuando su tía contempló en la pequeña un beso pronunciado en el cuello.

Sobrevino la denuncia y, después, un impedimento de contacto que el sujeto habría vulnerado.

En ese interín, la niña fue llevada ante forenses y éstos habrían advertido "desgarros", por lo cual fue detenido de inmediato.

Rápido, partió una imputación por "abuso sexual con acceso carnal agravado por la convivencia".

Al terciar varios funcionarios, uno de ellos detectó una "conflictividad de intereses" en la madre de la pequeña, trascendió.

Es que mientras su hermana requirió una investigación y protección de la nena, la madre habría defendido a ultranza al sujeto.

Más allá de una u otra posición, Harón merituó los indicios de un supuesto ataque sexual.

En ese contexto, generó inocultable perplejidad el que el personaje durmiese con la niña, relegando a su esposa a una habitación contigua.

También, el que ésta intentase justificarlo, al señalar que los besos ("chupones") "son juegos de ellos".

Para mayor desconcierto, los funcionarios no pudieron determinar cómo es que en 8 meses de convivencia con la adulta, el acusado tomó tanto cariño a la niña, al punto tal de tatuarse su nombre.

Riesgos

Así, en la víspera Harón emitió su resolución, desestimando los pedidos del defensor, Diego Lindow.

Concretamente, hizo lugar al pedido de la fiscal Aída Farrán Serlé.

En tal sentido, fijó seis meses de prisión preventiva para el sospechoso y exhortó al cumplimiento de medidas aún pendientes: como pericias y perfil psicológico. Asimismo, dejó entrever que con su conducta, el acusado se convirtió en riesgo permanente para la criatura, se supo.

No es todo. Harón envió un guión aprobatorio a la Fiscalía, a fin de que la nena sea puesta bajo responsabilidad de la Dirección de la Niñez Adolescencia y Familia (Dinaf).

Motivos sobrarían. Preocuparía a los funcionarios el que la "víctima" llame papá o tíos a los hombres, con los que su madre se vincula afectivamente.

Y que la mujer la haya relegado a un plano secundario, priorizando así su bienestar material, enfatiza la investigación.