Excarcelan al colombiano y la resolución del crimen de Teresa depende de una pericia

"¡Mamacita, después de mañana (por el viernes 28 de abril) te vas a acordar de mí!" Escribió el colombiano Jefferson Parra Girardo a Teresa Lobato. Era un mensaje de amor, la noche previa vía sms, pero todo quedó trunco: se encontraron, pero sólo conversaron "porque había gente mirando", el enamorado se fue y entonces se produjo el ataque y el asesinato de Teresa.

Los capítulos sobresalientes previos a la tragedia fueron revelados ayer por la defensora Eva Valev de Jensen, en una audiencia en la que logró la excarcelación extraordinaria del joven de 25 años, llegado hace 9 meses a Santiago.

Ante el juez de Control y Garantías, Fernando Paradelo, y la fiscal Aída Farrán Serlé, Jensen reconstruyó cómo su cliente conoció a la víctima el domingo previo. Dijo que el colombiano arribó a la casa con su patrón "a venderle muebles a Teresa, pero la joven no tenía $ 500 para darles como seña o entrega", precisó Valev de Jensen.

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"Regresó ya solo, el miércoles. Aún sin el dinero, surgió un diálogo más personal. Ella le confesó que le gustaba su tonada; y se despidieron con dos besos amorosos", ahondó.

Cita para el viernes

Entre esa noche y el viernes, intercambiaron sms. El jueves ella le dijo que lo extrañaba. Y él tal vez alardeando afirmó: ‘Mamacita, después de mañana (por el viernes 28 de abril) te vas a acordar de mí!", agregó la letrada.

Dijo que la cita se concretó el viernes, pero una camioneta bordó estacionada en la casa contigua frustró los planes de los jóvenes.

"Ella le pidió sentarse afuera, hasta que los extraños se fueran", amplió Valev. "Pero mi defendido debía encontrarse con el patrón a las 14. Y hacer varios cobros. Así que se fue".

Tal cual, el extranjero habría abandonado la casa cerca de las 12. Tal vez su presencia enfureció al homicida, quien entre las 13 y 14 mató a Teresa.

Coincidente con la cronología de Valev, la fiscal Farrán Serlé no se opuso a la libertad, pero subrayó que su detención "no fue para nada antojadiza".

La fundó en que el colombiano borró todos los sms y contactos de la víctima; en principio negó conocerla y despertó sospechas al enfurecerse, ya que la joven le tomó 5 fotografías que él exigió borrarlas.