Prisión preventiva para cuatro porteños y dos santiagueños por asalto Prisión preventiva para cuatro porteños y dos santiagueños por asalto
La jueza de Control y Garantías, María Pía Danielsen, dictó la prisión preventiva para cuatro porteños y dos santiagueños, acusados de asaltar al abogado santafesino José Trungelitti, en el B° San Germés, en abril pasado, despojándolo de $ 10.000 y un automóvil.
Así lo reveló la magistrada en la víspera, al dar a conocer su resolución. En ella, fijó la prisión preventiva de los porteños, atribuyéndoles los delitos ‘autoría material y coautoría funcional’. La medida recayó en Esteban Damián Estévez, de 30 años, con domicilio en Luis Zetino N° 1761, B° San Isidro, Casanova, partido de La Matanza, Buenos Aires; Luis Osvaldo Farías, 45 años, con domicilio en Punta Alta N° 640, Villa Albertina, partido de Lomas de Zamora, Buenos Aires; Cristian Javier Ovejero, 35 años, casado, con domicilio en Ortiguera N° 6349, B° Cortijo, Libertad, Merlo, Buenos Aires y Cristian Gabriel Carreras, de 41 años, con residencia en Padre Moraga N° 2137, B° Rivadavia, Merlo, Buenos Aires.
Dos santiagueños
En el mismo fallo, la magistrada incluyó a dos santiagueños, acusándolos de los delitos de ‘partícipes primarios de robo agravado doblemente calificado por ser en poblado y en banda y por la utilización de armas de fuego’.
Ellos son Carlos Gustavo Banegas, de 47, con domicilio en manzana 85, lote 15 del B° Vinalar y Amílcar José Saracco, de 59, con residencia en Balcarce N° 142 del B° Belgrano, capital.
Siempre en la misma resolución, la jueza rechazó los dos pedidos de nulidades, interpuestos por los abogados defensores Gustavo y Francisco Zavalía (por Estévez); Juan José Saín, defensor de Banegas, Saracco y Farías; y Eduardo Font, letrado de Carreras y Ovejero.
La hipótesis
De acuerdo con el proceso, el letrado habría sido "marcado" y encomendado el "trabajo" a la banda de "Los Porteños".
Ya definido el día del gran golpe, el mismo intermediario (aún anónimo) habría contratado a los dos santiagueños, a fin de que cedieran sus casas para "aguantadero".
El atraco se perpetró, pero nadie encontró cifra millonaria alguna, como fue la teoría que sedujo a los porteños y atrajo a 1.000 kilómetros de distancia.
