Santa María quiere recuperar su capilla emblemática y con una rica historia

La comunidad religiosa de la capilla Nuestra Señora de Lourdes de la localidad de Santa María, está abocada a la misión de lograr su refacción y convertir el amplio predio en un centro que reciba a peregrinos que acudan en busca de sanación para su cuerpo y su espíritu.

La edificación llama la atención, ubicada en medio de frondosas arboledas en el centro mismo de la pequeña localidad. Es una réplica en menor escala, de la iglesia que existe en Lourdes, Francia, y eso tiene que ver con una historia muy particular.

"ésta es una estancia de don Octavio Latapié, un hombre que llegó de Francia siendo muy joven, muy creyente y devoto de la Virgen de Lourdes. él mandó construir la capilla e hizo traer las imágenes desde Francia. Era un hombre muy poderoso", recuerda don Mario Gómez, uno de los antiguos pobladores de Santa María, que escuchó las historias de este hombre siendo niño.

Vínculo especial

Entre tantas anécdotas que recuerda don Mario, mencionó el hecho de que "el primer milagro que se le atribuye a la Virgen de Lourdes fue a una señora llamada Catalina Latapié", aunque asegura que "nunca nadie supo decir si era pariente de don Octavio".

Todos creen que debió haber tenido algún vínculo familiar, aunque si fue cierto o no, es una historia que se fue a la tumba con Octavio.

Lo cierto es que este poderoso hombre, dueño de una estancia de 7.750 hectáreas y que donó al pueblo la capilla, la cancha, una represa, entre otros predios, fue quien instaló en la comunidad esta devoción e incluso cambió la fecha de su fiesta patronal, también por un hecho anecdótico.

"Un año, la fiesta del 11 de febrero cayó el domingo de carnaval, y cuando don Octavio llegó a la iglesia vio que los pobladores tenían a la imagen de un lado para el otro. Cuando le preguntó a su hija adpotiva, la señora Laura, qué pasaba, le contestó que era porque estaban ebrios porque era carnaval. él se enojó y ordenó que nunca más se celebrara esa fecha, sino el segundo domingo después de Pascua. Y así fue por muchos años", recuerda Mario.

En 1972, la capilla pasó a ser administrada por la comunidad, una misión que les delegó don Octavio, cuando su esposa comenzó a andar mal de salud y ya no podía hacerse cargo de la atención del edificio.

Don Mario ve con entusiasmo la refacción del templo, porque considera que una reliquia de esta naturaleza no podía arruinarse por falta de mantenimiento.

"Aquí trabajan muchas comunidades y queremos que tenga más vida, es un lugar hermoso y la capilla una reliquia", concluyó.