Evangel io según San Mateo 9,9-13. Evangel io según San Mateo 9,9-13.
hombre llamado Mateo, que
estaba sentado a la mesa de
recaudación de impuestos, y
le dijo: “Sígueme”. El se levantó
y lo siguió.
Mientras Jesús estaba
comiendo en la casa, acudieron
muchos publicanos y
pecadores, y se sentaron a
comer con él y sus discípulos.
Al ver esto, los fariseos
dijeron a los di scípulos :
“¿Por qué su Maestro come
con publicanos y pecadores?”.
Jesús, que había oído,
respondió: “No son los sanos
los que tienen necesidad del
médico, sino los enfermos.
Vayan y aprendan qué
significa: Yo quiero misericordia
y no sacrificios. Porque
yo no he venido a llamar
a los justos, sino a los pecadores”.
Comentario
Amando a tu enemigo,
deseas que sea un hermano.
No le amas por lo que es sino
que por lo que quieres que
sea. Imaginemos un bosque
de robles sin talar.
Un artesano hábil ve, en
el bosque, la madera ya cortada.
Le gusta esta madera;
no sé qué es lo que quiere
hacer de ella, pero estoy seguro
de que no es para que
se quede tal cual está que el
artista quiere esta madera.
Su arte le hacer ver ya lo
que podrá hacer con la madera;
su amor no va dirigido
hacia la madera en bruto, sino
lo que él hará con ella.
Es de esta manera que
Di o s n o s h a ama d o a u n
cuando éramos pecadores.
Por eso dijo: “No tienen necesidad
de médico los sanos
, s i no los e n fe rmos ”
¿Acaso nos ha amado pecadores
para que permanezcamos
en el pecado?
El Ar tista nos ha visto
como una madera en bruto
tal cual llega del bosque.
Lo que él veía es la obra que
iba a hacer en nosotros, no
la madera o el bosque.
Igualmente te ocurre a
ti: ves a tu enemigo que se
te opone, te injuria con palabras
mordientes, es duro
con sus afrentas, su odio te
persigue. Pero tú eres atento
con él por el hecho de
considerarle un hombre.
Ves lo que este hombre
ha hecho contra ti, y tú ves
que es Dios quien le ha hecho.
En tanto que hombre, es
obra de Dios; el odio que te
tiene es obra del hombre.
Y tú ¿qué te dices para
ti? “Señor, sé benévolo
con él, perdona sus pecados,
inspírale tu temor, cámbiale”.
No amas en ese hombre
lo que es, sino eso que tu
quieres que sea. Así pues,
cuando amas a tu enemigo,
amas a un hermano. ?