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EL LIBERAL . El Evangelio

Evangelio según San Mateo 25,1-13.

31/08/2017 23:09 El Evangelio
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Evangelio según San Mateo 25,1-13. Evangelio según San Mateo 25,1-13.

Por eso, el Reino de los

Cielos será semejante a

diez jóvenes que fueron con

sus lámparas al encuentro

del esposo.

Cinco de ellas eran necias

y cinco, prudentes.

Las necias tomaron sus

lámparas, pero sin proveerse

de aceite, mientras que

las prudentes tomaron sus

lámparas y también llenaron

de aceite sus frascos.

Como el esposo se hacía

esperar, les entró sueño

a todas y se quedaron dormidas.

Pero a medianoche se

oyó un grito: “Ya viene el

esposo, salgan a su encuentro”.

Entonces las jóvenes se

despertaron y prepararon

sus lámparas.

Las necias dijeron a las

prudentes: “¿Podrían darnos

un poco de aceite, porque

nuestras lámparas se

apagan?”.

Pero éstas les respondieron:

“No va a alcanzar

para todas. Es mejor que

vayan a comprarlo al mercado”.

Mientras tanto, llegó el

esposo: las que estaban

preparadas entraron con él

en la sala nupcial y se cerró

la puerta.

Después llegaron las

otras jóvenes y dijeron:

“Señor, señor, ábrenos”,

pero él respondió: “Les

aseguro que no las conozco”.

Estén prevenidos, porque

no saben el día ni la hora.

Comentario

Inmediatamente después

de tu bautismo, permanecerás

de pie ante el

gran santuario significando

así la gloria del mundo venidero.

El canto de los salmos

con que serás acogido es

preludio de las alabanzas

eternas. Las lámparas que

encenderás prefiguran este

cortejo de luces que conducirá

a nuestras almas resplandecientes

y vírgenes,

provistas de las lámparas

resplandecientes de la fe,

delante del Esposo.

Vigilemos para no quedarnos

dormidos ya sea

por despreocupación o por

miedo a que aquél que esperamos

no se presente

de improviso sin que le hayamos

visto venir. No nos

quedemos desprovistos de

aceite y de buenas obras,

no sea que seamos excluidos

de la sala de bodas...

El Esposo hará su entrada

con mucha prisa.

Las almas prudentes entrarán

con él. Las demás,

muy ocupadas en preparar

sus lámparas, no llegarán

a tiempo para entrar y serán

dejadas a fuera en medio

de lamentos. Tarde se

darán cuenta de lo que han

perdido por su despreocupación...

Se parecerán a estos

otros invitados a bodas que

un noble padre celebra en

honor de un noble esposo,

y que rechazan tomar parte

en ellas: uno porque se

acaba de casar; otro porque

acaba de comprar un

campo; un tercero porque

ha adquirido un par de bueyes

(Lc 14,18-20)... Porque

no hay lugar en el cielo para

el orgulloso y despreocupado,

para el hombre sin vestido

adecuado, que no lleva

el traje de bodas (Mt 22,11),

aunque en la tierra se haya

creído digno del esplendor

celestial y, furtivamente, se

introdujo en el grupo de los

fieles abrigando falsas esperanzas.

¿Qué será de él después?

El Esposo conoce

eso que nos enseñará

cuando estaremos en el

cielo, y sabe qué relaciones

tendrá con las almas que

habrán entrado con él.

Creo que vivirá en su

compañía y que les enseñará

los misterios más perfectos

y más puros.

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