Un santiagueño solidario reunió a su familia después de 40 años

LORETO, Loreto (C). Como muchos santiagueños, en la década de los años setenta, Alfredo Miranda comenzó un viaje que lo alejaría para siempre del paraje El 49, donde había nacido.

Sin embargo, esta distancia sólo es física porque él logró trasformar toda su nostalgia en acciones solidarias, las que se multiplicaron año tras año impactando en escuelas comunitarias.

Alfredo realizó un trabajo fecundo en favor de los niños de su pueblo, quienes fueron el centro de campañas de juguetes, las que organizaba en San Nicolás provincia de Buenos Aires.

Llevó adelante campañas de alimentos, medicamentos, calzados con los que se beneficiaron los chicos del alejado paraje El 49. También impulsó una campaña que tuvo como objetivo colocarle el techo al comedor de la Escuela N° 658 de esta localidad.

La madre de Alfredo y sus hermanos, María Antonia Romero, falleció a los 47 años en 1955, dejando nueve hijos, el menor de los cuales apenas tenía un año y el mayor 18 (4 mujeres y 5 varones). La mayor de las hermanas, Rita Aurora (hoy 78) ocupó el lugar de la madre y se hizo cargo de la crianza de los demás, uno a uno comenzaron a partir en busca de nuevos horizontes.

"Desde que me fui nunca dejé de pensar en mi pueblo, en especial en los niños y quienes inspiraron la mayoría de las campañas solidarias que organicé. Ahora nos surgió esta idea de juntar a nuestra familia y lo logramos", relató Alfredo.

"Mi hermana Saira Argentina Miranda tiene setenta años, vive en José C. Paz, provincia de Buenos Aires; ella se fue cuando tenía 12, fue a visitar a su hermana y se quedó. Un día, charlando, nos dimos cuenta de que había muchos familiares que no vimos por mucho tiempo y comenzamos a organizar un encuentro, el que concretamos en la localidad de Ambargasta, departamento Ojo de Agua en la casa de Mercedes Romero (prima)".

"Fue el reencuentro de una familia cuyos miembros no se conocían y otros que no se veían hace más de 70 años, como el caso de Clemira Romero (73) y Saira que nunca se vieron", expresó el santiagueño sin ocultar las lágrimas que le provocan los recuerdos y las intensas emociones vividas después de 40 años de haber crecido juntos.