Las Termas celebra los cincuenta años de su emblemático Dique Frontal Río Hondo Las Termas celebra los cincuenta años de su emblemático Dique Frontal Río Hondo
Desde su misma llegada a esta
tierra, los conquistadores españoles
respetaron al río Dulce,
por la gran variación de su caudal
entre los meses de verano e
invierno, inclusive tuvieron que
refundar nuestra ciudad, porque
las caudalosas aguas se llevaron
los asentamientos anteriormente
creados.
Según la historiadora Sara
Díaz de Raed, al poco tiempo
después de la última fundación
de Santiago del Estero, se construyó
en 1557 la primera obra hidráulica
en territorio santiagueño.
Se la llamó “Acequia Real”
para “riego de sementeras tardías”
con una longitud de “más
de una legua”.
Era nada más que
la vieja acequia Belgrano.
Este ejemplo de derivación
de agua desde el río Dulce para
agricultura y ganadería fue imitada,
años después, por tradicionales
familias que tenían sus
propiedades alejadas del cauce.
Nació así el Canal de la Cuarteada,
que, pasando por Clodomira,
casi llegaba al río Salado. “La
acequia de Los Pintos”, hasta
Lomitas, muy cerca de Fernández
o la “acequia de los Mikkelsen”
que llegaban con el agua pasando
la actual Colonia Pinto, a
su propiedad llamada Nueva Industria.
Según investigaciones
del ingeniero Alejandro Gancedo,
entre 1870 y 1895 se construyeron
un centenar de acequias.
Cuando estas acequias o canales
comenzaron a tener importancia,
el Estado provincial se hizo
cargo del servicio de riego, ya que
la legislación le otorga este poder,
por ser un recurso natural. Además,
era una poderosa arma política,
donde se favorecía a seguidores
y se castigaba a enemigos.
Con el avance de la tecnología
y la posibilidad de su utilización
por parte de la ingeniería,
quizá quien primero llegó a estudiar
a fondo el río Dulce fue el ingeniero
Carlos Cassafousth, graduado
en París, contemporáneo
de Eiffel y diseñador del primitivo
dique San Roque en Córdoba.
Realizó el estudio del Canal
de la Cuarteada y su toma sobre
el Dulce.
Esto fue en 1897.
Alberto Tasso, en un interesante
estudio histórico, dice: “A
causa de su emplazamiento en
una región de semi-aridez, la
agricultura santiagueña se desarrolló
junto con la conciencia de
la escasez del recurso agua, y su
historia está estrechamente asociada
a la búsqueda de soluciones
para su captación y distribución
oportuna… Una agricultura
de regadío difiere en varios puntos
con aquellas que funcionan
naturalmente, con el sólo auxilio
de la lluvia. Además de necesitar
soluciones técnicas apropiadas
que permitan administrar eficazmente
el agua -que puede representarse
hiperbólicamente en la
idea de administrar el clima- hay
que llegar a distribuirlo con algún
grado de legitimidad a todos
los que son parte del sistema”.
Estas acequias o canales, con
toma propia sobre el río Dulce,
se repiten también en la zona de
Loreto con el Canal a Tuama, el
cual en 1908, ante una gran crecida,
desvía parte del caudal del
Dulce y provoca la destrucción
de Loreto. Ya en esta época había
26.000 hectáreas de sembradíos,
gracias a canales propios y otros
del Estado provincial que hacían
llegar el agua a pequeños y medianos
agricultores.
Sequías que se produjeron en
la década del 20 del siglo pasado,
más la discrecional forma de distribución
del agua y poco mantenimiento
de los canales, crearon malestar
en los regantes de los departamentos
Banda y Robles, quienes
organizaron una marcha hacia
la Casa de Gobierno, partiendo
de la Estación del Ferrocarril Mitre
de La Banda hasta la estación
ferroviaria de nuestra ciudad en
un tren especial, actual Fórum.
El
gobernador era Domingo Medina,
maestro y escribano titular de un
registro. Militante radical, su gobierno
se caracterizó por una profunda
crisis financiera.
Los 2.000 agricultores, que ya
estaban agrupados en una filial de
la Federación Agraria Argentina,
marcharon desde la estación ferroviaria,
el 15 de marzo de 1926, hasta
la sede de la Gobernación, frente
a plaza Libertad. Pleno verano santiagueño
y gracias a pocas lluvias
caídas en la cuenca, los canales comenzaron
a traer algo de agua.
En una improvisada tribuna
en plaza Libertad y antes de hacer
entrega de un petitorio al gobernador
Medina, varios agricultores
hicieron uso de la palabra con duras
críticas al Ejecutivo y en especial
al ingeniero Colombo, ministro
de Obras Públicas.
Entiendo que esta valiente actitud
de los agricultores, que llevan
su protesta al mismo centro
de la ciudad de Santiago del Estero,
constituye el punto de comienzo
para que se estudien alternativas
técnicas que dan como fruto,
primero el dique de Los Quiroga y
luego el de Río Hondo.