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EL LIBERAL . Santiago

¿Qué buscan los hombres en las travestis?

09/03/2013 04:00 Santiago
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¿Qué buscan los hombres en las travestis? ¿Qué buscan los hombres en las travestis?

“¡Por favor, sacame linda en el diario!”, dice mientras enrula sus cabellos rubios ante la cámara de nuestro fotógrafo. Con votas blancas, una mini de jeans y una remerita anudada en la espalda, Betina (nombre de fantasía) es una de las más conocidas travestis de la zona de la calle Solís.

- “No vienen por lo del exhibicionismo supongo… porque nosotras no somos de ese grupo, nosotras cumplimos un rol aquí y tratamos de hacerlo siempre con prudencia…”

Betina se pone a hablar y sus gestos femeninos denuncian lo que ella misma cuenta después, se siente, “sabe” que es mujer a pesar de que su cuerpo se completa con la característica más definitoria de una hombre Josefina es asimismo una de las más populares en la zona. También se despega “del otro grupo” que “algunas veces” gusta mostrarse demasiado y provoca la molestia de vecinos. Las sombras de la noche le dan un cálido toque de misterio y se muestra segura en sus palabras, que pronuncia con cuidada dulzura.

Ambas acceden a entrevistarse con EL LIBERAL. Aclaran que hablan en serio y comienza el diálogo con soltura.

-¿Qué busca un hombre cuando recurre a una travesti?

J: Para mí, buscan un placer distinto, tener nuevas experiencias, concretar fantasías que tal vez no se animan a pedírselas o a hacerlas realidad con su pareja. No creo que haya algo de malo en ello, sólo que muchas veces, no es fácil liberarse y animarse a nuevas cosas.

B: Sí, quizás porque se sienten reprimidos sexualmente. O tal vez encuentran en nosotras una cierta libertad sexual que la propia sociedad no le permite tenerla. Hoy en día, es común saber de gente que le gustaría realizar tal o cual fantasía, pero están muy reprimidos.

-¿Puede que busquen ciertos tipos de servicios sexuales? ¿Cuáles son los que con más frecuenciales solicitan?

J: A lo que más se animan es al servicio oral. Más allá de que me pidan después ciertas extravagancias, por así llamarlas, a las que yo no suelo acceder porque soy pasiva…

B: Bueno, hay de todo, algunos hombres son más osados que otros: piden desde un oral hasta un anal…aunque también quieren como dice ella, cosas extravagantes…

-Tengo que preguntar a qué cosas te refieres

B: Que tengamos relaciones sexuales mientras nos ve su pareja, por ejemplo. Es algo que se está viendo mucho últimamente y yo, en mi trabajo, cumplo todos los roles. Algunos quieren además que asumas un rol activo con ellos, son cosas que forman parte de la realidad de hoy en día.

-¿En Santiago se rompieron los prejuicios?

J: ¡Por suerte, sí! Ha habido un cambio que nos ha beneficiado. Nosotras, antes, por temor al qué dirán, teníamos que irnos a algún lugar de Buenos Aires o a otras provincias, Tucumán o Córdoba, para poder trabajar más tranquilas, sin que nadie te agreda verbal o físicamente. Hemos pasado muchas cosas feas a causa de que nos señalaba todo el mundo. Hoy, la sociedad santiagueña mayormente nos entiende aunque, hay que decirlo, seguimos siendo resistidas a pesar de esa liberación que hay en lo sexual.

B: Hay muchos clientes que, hasta no hace mucho tiempo, venían a escondidas, se encontraban con nosotras casi disfrazados para no ser descubiertos porque justamente, era el peor de los pecados venir con nosotras; ahora, lo hacen sin temor a ser “marcados”.

Recién ahora se están animando a cumplir sus fantasías sexuales, cosa que yo ya lo había hecho en Buenos Aires. Creo que pronto se verá como una actividad común y no como algo que tiene que ser agredido y borrado.

-Una vez que realizan el arreglo con el cliente, ¿dónde consumen la relación?

J: En el auto o en el hotel más cercano. Evitamos ir a domicilios particulares por las cosas que están pasando.

Tenemos que ser cuidadosas porque a veces una no sabe con quién o con qué se puede encontrar.

B: Hoy en día estamos más precavidas.

Nos cuidamos más. Es por eso que no vamos a domicilios particulares. Más bien preferimos sitios que conocemos y que sabemos que no nos va a pasar nada.

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