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La situación fiscal argentina

04/05/2013 04:00 Opinión
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La situación fiscal argentina La situación fiscal argentina

Por primera vez en la última década, en 2012 el déficit fiscal de la Argentina (después del pago de intereses) fue superior al de Brasil. En relación a 2010, mientras las reservas internacionales de la Argentina cayeron 8,9%, las de Brasil subieron 13,7% y las de Chile lo hicieron un 22,2%.

De acuerdo con el relevamiento que realiza Cepal de la evolución de las cuentas fiscales en los países de la región, el 2012 fue un año en donde se deterioran las cuentas fiscales pero en un marco general de políticas fiscales prudentes. La economía creció un 3% contra un 4,3% en 2011, merma que se explica por la compleja recuperación de la economía mundial y el deterioro de los términos de intercambio. El resultado primario reflejó un déficit de 0,4 puntos porcentuales (pp) del PIB 1, en contraste con el superávit de 0,2 pp registrado en 2011, mientras que el saldo financiero arrojó un resultado negativo equivalente a 2,0 puntos porcentuales del PIB regional.

La Argentina también mostró dichas tendencias, pero de manera mucho más marcada, pues el gasto total aumentó su participación en la economía en 2,7 pp del PIB contra un incremento promedio de 0,7 pp observado en la región.

A partir del nuevo milenio, la Argentina ha compartido con otros países de la región una significativa mejora económica y fiscal, así como también los efectos de la última crisis global. Pero hay que señalar que en los últimos años la dinámica de su conducta fiscal muestra claras diferencias.

A continuación se consideran algunas similitudes y diferencias en la dinámica fiscal de Argentina, Brasil y Chile para el periodo 2003-2012. Se trabaja con datos correspondientes al Gobierno Central, en base a datos de Cepal, salvo para el caso local. Debe considerarse que al tratarse del Gobierno Central, en el caso de Argentina y Brasil se excluyen las cuentas provinciales, y las municipales en los tres casos.

Se observa que los resultados fiscales primarios de Argentina y Brasil tuvieron un comportamiento similar en términos del producto bruto interno, aunque Argentina siempre contó con mayores superávits entre 2003 y 2010, si se considera el resultado incluyendo ingresos extraordinarios para dicho país (Derechos Especiales de Giro (DEG), las utilidades de Anses y del Banco Central) el deterioro del resultado fiscal se intensifica, sobre todo a partir de 2006.

La Argentina termina la serie con un resultado peor que el de sus vecinos, evidenciando déficit primario en 2012, situación que no ocurría desde el año 1996. Con o sin ingresos extraordinarios, en 2011 y 2012 Argentina muestra un resultado fiscal por debajo de los otros países.

El caso de Chile es bastante particular, a causa de su política contracíclica, que le permite tener déficits importantes en tiempos de crisis, gracias a los ahorros generados en los períodos de bonanza económica. Entre 2005 y 2008 los superávits chilenos fueron mayores que en Brasil y Argentina, mientras que en los restantes años el resultado fiscal del país trasandino resultó inferior al de Brasil.

En cuanto al resultado financiero, que incluye el pago de intereses de la deuda, el comportamiento es similar al resultado primario.

Sin embargo, Brasil registró déficits en los diez años considerados mientras que Argentina lo hizo en 2009, 2011 y 2012, si se incluyen los ingresos extraordinarios, y desde 2008 si se excluyen. En esta última situación, Argentina registra un déficit financiero promedio del 2,7% del PIB en el periodo 2009-2012. Así las cosas, la variación del resultado financiero en Brasil estuvo entre -4,2 y -1,2% del PIB (con una tendencia decreciente a largo plazo), mientras que en Chile resultó mucho más volátil, alcanzando un valor máximo del +7,8% del producto y un valor mínimo del -4,2%, como consecuencia de su política fiscal compensadora del ciclo económico. Por primera vez en la última década, Argentina presenta mayor déficit financiero que Brasil en 2012.

Para finalizar, se considera cada país a la vez. Esto permite apreciar en qué medida la volatilidad de los ingresos (en parte algo exógeno a las autoridades) condiciona las políticas de gasto y la percepción de sustentabilidad de la política fiscal vigente.

Empezando por Argentina, se aprecia que a nivel del gobierno central el gasto primario creció más de 12 puntos respecto del producto en los diez años comprendidos entre 2003 y 2012. Una parte del aumento puede atribuirse a la recuperación económica, pero una porción significativa ha respondido a políticas deliberadas.

Lo que hay que destacar es que estos recursos adicionales tuvieron como finalidad incrementar el gasto público en el marco de una economía creciendo a tasas elevadas, no prestándosele mucha atención a las presiones distorsivas resultantes ni a los riesgos de un cambio en el contexto internacional.

En Brasil se observa un patrón para los ingresos totales y los gastos primarios similar al de Argentina, aunque con incrementos de menor magnitud.

En Chile, los ingresos y el gasto primario actúan para compensar las fluctuaciones económicas, es decir, de manera contracíclica. Se observa que durante el año 2009, el gasto primario aumentó a pesar de la merma en los ingresos. El comportamiento de las series consideradas pone de relieve las diferencias de política económica de los tres países en cuestión.

El reciente deterioro fiscal en Argentina ha contribuido a que también el país se diferencie de la región en lo concerniente a la acumulación de reservas. Los elevados términos de intercambio, la demanda asiática de materias primas y la importante liquidez a nivel internacional han tenido como consecuencia un significativo aumento en las reservas internacionales en la mayoría de los países de Latinoamérica. En 2003, la región disponía de U$S 197.847 millones en reservas y en 2012 US$ 829.390 millones, implicando un crecimiento promedio anual del 17%.

En la Argentina, salvo la importante recuperación inicial luego de la crisis de 2001-2002, la Argentina mostró un desempeño inferior en sus reservas, con caídas absolutas en 2011 y 2012. Más aún en comparación con Brasil y Chile que acumularon reservas.

Además, Chile cuenta con un importante Fondo de Ahorros disponible para usar en forma contracíclica. La evolución observada en reservas de sus bancos centrales, le significan mayor vulnerabilidad cambiaria a la economía argentina. l

(*) Economistas, Fundación Mediterránea

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