MELLIZAS

Noemí Serantes: "Le pedí a Dios que se llevara a mi hermana"

La actriz y conductora dio ayer el último adiós a su hermana melliza, Liliana Serantes, quien murió a los 51 años, víctima de un cáncer de mediastino.

iliana Serantes y su hermana Noemí conformaron un dúo muy recordado en la televisión argentina: Nu y Eve, por Canal 9. Liliana falleció el domingo y Noemí recordó su lucha.
“Un día me pidió que la reemplace en su programa de Radio del Sol porque no podía hablar, y junto a su operador de radio le dijimos que se haga ver y se descubrió que allí había un ganglio maligno”, relató Noemí.

“Ser Nu y Eve fue, es y será muy importante. Era otra época, otros códigos. Éramos una familia de verdad. Ser Nu y Eve implicó crecer”, agregó sobre lo que fue el comienzo de sus carreras, cuando fueron elegidas a través de un concurso entre más de 600 mellizas.

“Es una carrera difícil y creo que Lili decidió partir un día 9, no es casual. Fue una lucha dura desde hace un año. Esta enfermedad silenciosa que comenzó en el mediastino es un lugar que no se opera”, contó.
La enfermedad se complicó cuando comenzaron a aparecer metástasis en el cerebro y en los huesos, según explicó Noemí.

“Fueron tres meses de sufrimiento terrible y un mes último que le pedía a Dios que se llevara a mi hermana, que es lo que más amo en el mundo junto a mis hijos. Y ella me pedía que Dios la lleve también. Hoy Lili está en paz. Sé que no tiene más dolor”.

La propia Liliana Serantes había relatado los detalles de su enfermedad, en una entrevista con Susana Giménez.

“Todo se inició con un cáncer de mediastino (que apareció en agosto del año pasado), y que no se puede operar. Había perdido por completo mi voz y la oncóloga que me atendía me dijo que me olvidara, que no iba a recuperarla”, señaló frente a Susana. Y siguió: “Me realizaron cinco quimioterapias, que eran cada 21 días. Me internaban 5 días seguidos y fueron a full, pero las pude superar. Luego, volví a hacer radio y un día voy al auto y me doy cuenta de que veía doble. Fui al oculista: metástasis en el cerebro. En un área que no me compromete, pero que me obstruye la visión”.

Lo más valioso de todo, y que deja huella tras la triste noticia de su muerte, era su intención de ayudar -con su relato- a más gente: “Mi familia no quiere que yo me exponga a nivel público, pero yo no hice nada malo. Tengo una enfermedad que le pasa a mucha gente. Tal vez, con mi testimonio puedo ayudar, quizás es mi misión”, resumió.

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